Viendo la reacción de Inés, Ximena sonrió ligeramente, ya con una respuesta en mente. Pero al hablar de los rumores, su ánimo decayó un poco. Se recostó en la silla y acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja.
—Decir que no me importa sería mentir. Pero tampoco es que me importe mucho. La gent