—Sí, claro que sí.
Carlos tomó la mano de Sofía y la miró fijamente a los ojos.
—Sofía, no importa lo que digan los demás, hagamos como si no escucháramos. No discutas, no te alteres; lo importante es que nos queremos.
El resentimiento de Sofía se disolvía lentamente bajo la mirada tierna de Carlos.