Mientras, en el otro extremo de la línea, Lisandro escuchó esos gritos de terror.
Afligido, preguntó: —¿Ximena, qué está pasando?
Pero todo lo que podía oír eran esos gritos y el sonido del cristal rompiéndose.
Preocupado, Lisandro usó la ubicación de su celular para rastrear a Ximena, arrancó su au