Los recuerdos oscuros del pasado acudieron a la mente de Ximena, y la rabia hizo temblar sus dedos: —¿Acaso no te acuerdas de lo que me hiciste?
En sus sueños, Ximena había apuñalado a Fernando en más de una ocasión, deseando hacerle pagar por todo el daño.
Pero en la realidad, solo podía tragarse e