Ximena dio un paso hacia atrás para dejar la entrada libre, y Rebeca, con una mano sosteniendo su voluminosa cintura, entró con paso decidido y exagerado.
Contrario a su comportamiento habitual, ese día Rebeca saludó a Lisandro tan pronto como entró y le preguntó cómo estaba con genuino interés.
Lisandro, por su parte, no tenía ganas de interactuar con Rebeca y simplemente murmuró un par de «mmm» como respuesta.
Esto no pareció molestar a Rebeca, quien incluso llegó a comentar que Ximena habí