Capítulo 111.

Regreso inesperado.

En medio de la conversación, la tensión se hace presente; Darío la mira incómodo, sabiendo exactamente la clase de personas que son los Manzo.

—Los conozco, estuve presente cuando mi padre ayudó a su familia en aquel momento; desde entonces, tienen una deuda con nosotros, un pacto que nos protegía de ser víctimas del cartel; sin embargo, parece que ese acuerdo se les olvidó. Mira en lo que han llegado, ¿acaso ha habido algo entre tú y ese joven?

—Nunca supe por el abuelo que quería pedir mi mano en matrimonio, pero entre nosotros jamás hubo una cercanía más que una amistad, jamás le di motivos, señor, créame.

—Tranquila, te creo, conociendo a mi padre, dudo mucho que tengas esas intenciones; estoy seguro de que te preservó como un tesoro para Ricardo… —La hace sonrojar; él la analiza con cada gesto, cada movimiento, lo que le da la señal de que no es una mala mujer. —Valentina, dime algo, ¿amas a mi hijo?

Valentina se inquieta ante su pregu