Hanna Becker
New York
Janet se quedó un rato más conviviendo conmigo y con Devin, era una chica muy agradable y me cayó bastante bien y parecía ser que, a ella, le pasó lo mismo conmigo, porque en ningún momento le vi ganas d quererse ir. Devin lucía bastante incómodo, no parecía sentirse nada bien, con la plática que se había dado entre su amiga y yo.
Lo sentía mucho por mi esposo y por sus intentos infructuosos, por hacerme sentir mal. Nada parecía funcionar para él y todo estaba resultando bien para mí, para que aprendiera a no meterse conmigo.
–Devin, mi amor – Volví a molestarlo – Ya que Janet está aquí, deberíamos invitarla a cenar. Claro sí ella acepta, por supuesto.
–Gracias Hanna, yo encantada de quedarme – Respondió Janet – Sirve que, espero a que llegue Danielito, siempre anda por aquí y quiero por fin, decirle que, lo quiero y que siempre me ha interesado más que cómo un amigo.
Yo me quedé callada, no sabía que Janet quería algo con Daniel, pero ahora que me estaba dando c