—Por eso te amo tanto, eres la mujer más bella y dulce que he conocido, me vuelves loco y eso me encanta.
—Yo quiero que me enseñes a eso que practican en el club —dijo ella con una expresión de curiosidad en su rostro.
—¿A ser una sumisa? —preguntó él.
—¿Sumisa? ¿De verdad crees que tengo madera de