Con su misión cumplida, Guillermo y Adrián regresaron a casa, donde al llegar al estacionamiento fueron recibidos por Alina.
- Mi amor ¿dónde estabas? – le preguntó ella al ver que bajaba del auto.
- Arreglando unos pendientes.
- ¿Ah sí? – dijo intrigada arqueando la ceja - ¿cuáles?
- Le lleve su invitación de forma personal al señor Palmero.
- Je… ya veo – mencionó ella acercándose para abrazarlo y darle un beso en sus labios.
- Pero llegue a tiempo para almorzar juntos.
- Que considerado, bueno dime ¿y qué tal estuvo la plática? – le preguntó divertida mientras lo tomaba de la mano para empezar a andar e ir a al comedor.
Por su parte cierto peliverde se acercó para limpiar el auto y guardar las armas, donde se encontró con un pelirrojo aun sentado en el asiento del copiloto y estaba mirando a la nada.
- ¿Y cómo te fue con el jefe? – preguntó divertido Romeo al ver a Adrián aún estaba en el auto.
- Fue… ¡FUE GENIAL! – exclamó sonriendo y alzando las manos – waa… él me asombr