Una vez que se solucionó el problema de los pequeños comerciantes, las cosas estuvieron calmadas y ahora Alina se podía dedicar a otros asuntos más importantes como sus propios negocios y cuidar a su familia.
Por suerte como ya eran días calmados, las visitas sorpresas ya eran raras, aunque a 2 días de darles su lección a todos esos sujetos llego un invitado a la casa.
Ese día habia llegando Camilo, Larisa y Rosalin a la casa, porque el primo Leo habia informado que llevaría las muestras de las joyas que creo para enseñar su trabajo.
- Roo – Daniel sonrió al ver a su prima, quien igual se miraba emocionada al ver al rubio acercarse a ella seguido del minino.
- Que lindos – dijo Larisa inclinándose para quedar a la altura de su pequeño sobrino.
- Señores, el joven Leo ha llegado – anunció Romeo.
- Llévalo a la sala por favor – pidió Alina – Olivia te encargas de ellos.
- Si, vengan aquí vamos a jugar un poco – menciono acercándose a abrazar a la pequeña pelinegra y llevar a ambos niños