Mientras que Alina empezaba con su nuevo plan para molestar a “su familia”, por su parte Guillermo se sentía un poco feliz esa noche porque pudo notar que ella aun lo amaba… a pesar de todo, pero al mismo tiempo eso le entristecía porque él estaba “muerto” y le estaba causando un gran dolor.
- Señor… - en eso fue sacado de sus pensamientos al ver que el mayordomo le llamaba y le hacía notar que ya habia hecho un desastre con su plato de comida y una parte ya estaba sobre el mantel de la mesa.
- Ah… perdón… - dijo apenado.
- Descuide jefe, pero ¿usted está bien? se ve afectado en que la señora Domínguez partió.
- Yo no quería que se fuera…
- Animo, como le dijo su hermano solo falta poco.
- Si lo se… pero esta espera me parecerá una eternidad, más con lo que paso este día.
- En realidad no será una espera tan eterna – en eso Guillermo se sorprendió al ver que su hermano ingresaba al comedor.
- ¿Camilo? – le llamó mientras se pellizcaba para asegurarse de que no fuera un sueño - ¿qué ha