La Verdad
Cassandra abrió los ojos lentamente, aún adormilada, pero el lugar donde se encontraba la hizo fruncir el ceño. La habitación era desconocida, con una atmósfera extraña, cálida y, al mismo tiempo, tensa. Al principio, solo vio las figuras borrosas de Star y un hombre a su lado, ambos observándola con una mezcla de preocupación y paciencia. El sonido suave de la respiración de Star y el crujir de una silla cerca de ella la ayudaron a despejar la niebla de su mente.
- ¿Dónde estoy? - preguntó, todavía con los músculos adormecidos por el sueño profundo.
- Tranquila, Cassie. - dijo Star suavemente, reconociendo que la joven aún se encontraba confundida - Estás a salvo. Estás con nosotros.
Cassandra intentó sentarse, pero una sensación extraña la hizo detenerse. Su cabeza giró