Por Melina
Ya estaba en mi cama cuando suena mi celular.
-Hola amor.
Le digo sin mirar el número.
-Veo que me extrañás tanto, que me seguís diciendo amor.
Alejé el celular de mi oreja y miré el número.
Era el Albertito de mi madre, digo, Alberto, el sorete que me volvió loca con todas sus trastadas.
-¿Quién habla?
Es hora de mi venganza, no se la voy a regalar.
-Sabés quién habla, hasta me dijiste amor…
-¿Alberto?
-¿A quién más le decís amor, si no es a mí?
-¿A mi novio?
-Tu novio soy yo.
-Mi novio eras vos, ya no lo sos.
-Vos la cortaste.
-No me hagas reir, te vi y…
-Te sigo importando, no sé porque no pudiste superar una descarga extra.
-Sos un idiota, se llama infidelidad y sí, lo superé, tengo novio y mi novio no sos vos.
Corté.
volvió a sonar el celu, ésta vez mire y si era mi amor.
-Amor.
-No me podía comunicar, casi vuelvo a tu casa.
-No se te ocurra, porque la pasamos mal todos.
-Me pone como loco saber que tu mamá te trata tan mal.
-No te preocupes, mañana a la noche me puedo