Capítulo 4

4

“QUE DIOS TE GUARDE Y NO RECUERDE DÓNDE… “

¡Esto es una desgracia!

Aarón intenta alzar la voz para buscar intimidarme, pero como puedo me subo a una de las sillas de la mesa para poder quedar a mayor altura que él. Maribel, Bárbara y Harold sueltan a reír por mi acción infantil; pero sentía que de cierta forma no podía dejar amedrentarme de ese bastardo gilipollas.

Mi hermanastro mide casi un metro con noventa contra mis muchos centímetros de diferencia, mi madre era una mujer pequeña, así que había no solo heredado su belleza sino también su pequeñez. Papá tuvo que dejar la copa de brandy a un lado para poder tomar el control de la situación y cuando les digo control me refiero a la botella de borbón que tengo en la mano a punto de partir en miles de pedazos gracias a la cabeza dura de Aarón Sullivan.

—¡Por Dios, Romina Western!—tiré de la botella para que no me la quitara, pero Harold ejerció más fuerza con la cara llena de vergüenza, y es que sentía que no era para tanto, ¿Qué iba a suceder si el hijo de la novia llegaban con el cráneo partido en dos en el día de su boda? ¡Nada!

—¡Él empezó! —Lo señalé como una niña pequeña,—¿Por qué defiendes a ese psicópata en vez de tu hija? ¿Tan perfecto te parece un hijo que no es tuyo?

Aarón borró todo rastro de diversión en su rostro y volvió a sentarse de golpe y es que lo he jodido todo, Sullivan creció con el abandono de su padre. Al parecer eso lo volvió un chico reservado y un poco violento, ¡Que digo un poco! Demasiado violento, pero lo único en lo que sí estaba segura es que jamás deberían hacer enojar a este troglodita y yo ya había pasado los límites.

Ya puedo sentir el formol sobre mi cadáver…

—Es cierto…—Declaró mi hermanastro tomando la mano de Maribel, —¿quién querría llevar la misma sangre que una mosca muerta y sin gracia como tú? —Eso… Eso me dolió—Por mí no hay problema con que nuestros padres se casen, pero creo que tú y yo jamás podremos llevarnos bien…

Papá tiró la servilleta que sostenía sobre sus piernas sobre la mesa con agresividad entre tanto la señora Sullivan se tapaba la cara con sus manos y desde aquí podía observar cómo su cuerpo vibraba.

—Pídele disculpas a Aarón ahora, Mina—. Abrí los ojos sorprendida.

—¿Por qué?

Me defendí, pero esto hizo que el rostro de papá se tornara rojo de la ira, sabía cuándo odiaba mi padre que le llevaran la contaría, pero en este caso no estaba dispuesta a dar mi brazo a torcer.

—¡Hazlo ahora!—Gritó y miré a Sullivan de soslayo el cual sonría como si se hubiese ganando la lotería—Mañana seremos una familia, Romina, no lo arruines…

“¿No lo arruines?”

Aarón Sullivan, que Dios te guarde y no recuerde  dónde…

—Yo…—mi voz se rompió al ver la cara llena de gozo de mi maldito hermanastro así que sonreí mostrando los dientes ampliamente—Yo lo haré…—Papá se relajó mientras que el pelinegro levantó sus hombros tomando una posición autoritaria y dignidad—Yo realmente lo siento…—Sus ojos oscuros me observaron alegres—Lo siento…—Aarón metió de nuevo la mano entre la falda de su acompañante sin que Harold se diera cuenta—Pero le pediré disculpas cuando me muera…

Bárbara dejó caer el cubierto que sostenía aferrado en su mano sobre el suelo, papá se levantó gritando con fuerza la vergüenza que le hice pasar mientras que chico de mirada oscura me observaba como si quisiese torturarme de por vida.

Como pude me levanté de la silla y caminé con mi bolsa entre mis manos temblorosas hacia la salida. Apenas el aire caliente de esta noche de verano golpeó mi rostro no pude evitar sonreír victoriosa.

¡No me dejé de Bobbie mucho menos de ti, pendejo!

—¿Pendejo?

Una voz masculina me hizo saltar y deseé morir de verdad al ver a Samuel en la entrada del restaurante y lo peor fue que escuchó cada una de mis palabras. ¡Hoy no es mi día!

—Yo…—¡Aquí la única pendeja eres tú, grandísima idiota!—¿Qué haces aquí?—Pregunté con un tono de voz severo, y es que odiaban esto de mí, cada vez que estaba bajo presión o me sentía intimidada o nerviosa actuaba de esta forma tan grosera que las personas a mi alrededor en algunas ocasiones solían alejarse pensando que era una completa hija de perra.

—Te estaba esperando, tu hermanastro es un poco…

Sonreí asintiendo y bajando la mirada hacia los pies de Samuel, ¡Dios! ¿Notará que tengo las mejillas calientes?

—Solo es así para molestarme…—Agregué un poco dudosa de las cosas que estaba diciendo—¿Por qué sigues aquí? Digo… ¿Por qué estás esperando?

Samuel metió su mano dentro de la maleta de cuero para acto seguido sacar un esfero negro y caminar con presión hacia mí, sus hombros se veían mucho más anchos de cerca mientras que su rostro pálido tenía un ligero rubor sobre sus mejillas.

—¿Podrías darme tu número?

El hombre delante de mí, abrió la palma de su mano para que anotará mi teléfono sobre su delicada piel—Cla…Claro…—Brinqué al sentir sus dedos echar un mechón grueso de mi cabello hacia detrás de mi oreja derecha.

—Para que veas mejor…—¡Adorable! ¡Samuel es demasiado adorable!—No pudiste decirme tu nombre por culpa de tu hermanastro, ¿Ahora si lo harás o me lo dirás en nuestra primera cita?

—¿Cita?

El resplandor de Samuel oscureció—Oh… Creí que…—el rubio pasó sus manos por su rostro con algo de frustración—Creí que podíamos conocernos, pero creo que entendí mal…

Ambos nos quedamos viendo, pero no pude aguantar y rompí el silencio con mis carcajadas—¡Vale, vale! Te diré mi nombre en nuestra primera cita.—Anoté mi teléfono en su mano mientras que Samuel no dejaba de observarme—Fue un gusto conocerte, Samuel.

Mordí mi labio inferior cuando sus fríos labios se plasmaron sobre mi mejilla izquierda—El gusto es mío, dulce niña de ojos hermosos…

Apenas lo vi alejarse no puede evitar saltar de la felicidad, ¡Dios! Esto lo necesitaba saber Kitty ahora mismo, pero mi móvil cayó al suelo apenas el rostro enfurecido de Aarón apareció en mi campo de visión. ¿Cuánto tiempo llevaba allí de pie? Pero lo peor no era eso, ¿Por qué carajos está caminando hacia mí como si quisiera matarme?

—¡¿Qué estabas haciendo con ese gilipollas?!—La voz de Sullivan sonaba potente, las venas de su cuello se notaban con demasiada precisión como si estuviesen a punto de reventarse.

—Solo hablábamos… ¿Por qué te comportas así? ¡Mi papá no está aquí! Deja de actuar como si fueses mi hermano porque sabes muy bien que no lo eres.

—¿Crees que estoy actuando?—Bufó—Tengo que cuidarte, ¿Crees que los hombres son príncipes azules que te dirán cuanto te aman en la playa y delante de la luna? ¡Te quieren follar! ¿Crees que ese tipo no quiere eso? Tu padre me dijo que…

Lo empujé para alejarlo de mí—¡Basta!—Grité desde lo más profundo de mi ser—¡No tienes derecho a decirme con quien debo salir y con quien no… Este papel no te queda a ti… ¿Me prohíbes salir con alguien cuando desde que te conozco no has hecho más nada que andar de follador con cuanta vieja se te cruza?

—Mina…—Soltó entre jadeos al intentar detenerme.

—¿Conoces a Maribel?—Por la expresión de su rostro estoy más que segura que no—Deja de creerte mi hermano mayor porque no lo eres, no somos familia y nunca seremos familia, nuestros padres se casan mañana y por el bien de ellos, aléjate de mí…

—¿Saldrás con él?—Preguntó alterado y me reí.

—¿No puedo?—Las palabras salieron inestables, Aarón quitó los primeros botones de camisa por la tensión del momento.

—¡Te estás poniendo en riesgo tu sola! ¿Conoces a ese tipo? ¿Sabes al menos donde vive?

—Si eso es lo que te molesta, mañana lo averiguaré.

Los ojos de Sullivan se inyectaron en sangre—¿Mañana? ¿Por qué mañana? Es la boda de nuestros padres y es algo familiar, ¿Lo invitaras como si ese maldito fuese parte de nuestra familia? ¡Lo acabas de conocer en un baño, Romina!

La respiración de mi hermanastro estaba entre cortada, sus hombros subían y bajaban por la intensidad que envolvían su cuerpo. Sabía que sus palabras eran ciertas, no conocía a Samuel y aunque no tenía pensando llevarlo al matrimonio de nuestros padres; al menos era divertido ver a Aarón completamente enojado.

—Irá a la fiesta conmigo, además ya le di mi número y podremos tener una cita luego de la fiesta…

—¿Tu número?—los dedos de su mano derecha tiraron con fuerza de las hebras de su oscuro y lacio cabello—¿Crees que Harold estará de acuerdo con esto? Estoy más que seguro que si le digo algo malo de ese gilipollas no lo volverás a ver nunca…

—¡No puedes evitar que salga con él!—Mi garganta ardió por mis gritos—¡Saldré con Samuel y ni tú ni nadie podrá evitarlo… ¡¿Qué haces?!—Me alteré al sentir a mi hermanastro encima de mí, Aarón me arrancó el bolso que reposaba sobre mi hombro para luego abrirlo y tirar todas mis cosas al suelo, incluyendo mi teléfono.

Apenas lo vio comenzó a patearlo hasta volverlo añicos delante de mí—¿Qué decías?—¡¿Qué carajos acaba de hacer?!—Asunto arreglado, ni tu padre ni yo estamos de acuerdo con esto y sabes muy bien que ahora, yo estoy a cargo de ti…

Su dedo índice empujó mi frente logrando que mis piernas se tambalearan un poco, en ese instante papá y Bárbara salían tomados de la mano junto a Maribel del restaurante, ellos se veían tan felices que preferí callarme y vengarme de esto más luego.

Volví con Harold y su prometida en el coche de papá, ya que Sullivan llevaría en su moto a su novia hacia nuestra casa. Le rogué a mi Nana que se negara ante mi padre para que no le dieran la habitación conjunta a la mía a mi nuevo hermanastro, pero al igual que yo, ella también perdió la batalla.

Caminé hacia mí cuarto una vez llegamos a casa, podía escuchar detrás de mí las risas de Maribel, Aarón estaba completamente meloso con ella y estaba más que segura que follarían como animales salvaje esta noche.

Me coloqué los audífonos apenas oí que cerraron con llave la puerta de su habitación, Bad Romance de Lady Gaga empezó sonar, bloqueando mis oídos de los quejidos que brotaron desde la habitación de Sullivan de repente.

Saqué los trozos de tela que había cortado para mi proyecto escolar y empecé a cocer el borde del vestido que diseñé para la semana de la moda en la universidad Western.

¡Estúpido Aarón! Ahora mismo Samuel debe de estar llamándome y lo arruinaste todo…

Miré la puerta principal y lo entendí, si yo no tendría diversión, tú menos, maldito hermanastro. Corrí hasta las gavetas de mi noche y rebusqué hasta encontrar la caja de tinta de tela que compré para darle el toque final a mi diseño, giré el picaporte y salí de allí caminando apresuradamente hacia la habitación del tipo que ha estado jodiéndome desde que llegó.

La tinta manchará su cuerpo por al menos un par de días y mañana se presentará al matrimonio de nuestros padres completamente azul. Ja, ja, ja, ja, ja, me detuve a la mitad del pasillo porque no podía contener la risa. Mis rodillas se doblaron y tuve que taparme con fuerza la boca cuando la escena graciosa de Sullivan como papá pitufo invadió mi mente.

Toqué un par de veces la puerta y me escondí del otro lado hasta que escuché a alguien abrirla. Aarón estaba sin camisa y solo llevaba un bóxer negro puesto. Su cabello estaba sutilmente alborotado, entre tanto mis ojos veían con asombro la marcación de su polla endurecida sobre la tela traslúcida de su ropa interior.

¡Vaya que mi hermanastro estaba bien dotado!

¿Quién es, cariño?—gimió Maribel a lo lejos.

—No lo sé…—Vómito el pelinegro mirando hacia todos lados, giro sus pies para volver adentrarse al lugar así que aproveché y corrí lo más rápido que pude para hacer derramar la tinta azul sobre su cara, pero esta cayó únicamente sobre su cuello y pecho.

Aarón me observó confundido, llevó ambas manos hacia su cuello y abrió los ojos completamente molesto al impregnarse ahora el color sobre sus largos y gruesos dedos. Lo siguiente pasó demasiado rápido, sus brazos rodearon mi cintura cuando intenté escapar lejos de él. Les juro que quería perderme de la faz de la tierra y no entendí la magnitud del asunto hasta que presencié como todo su cuerpo empezaba a tacharse de la misma tonalidad de los pequeños pitufos, bueno, mi alegría no duró mucho ya que mi hermanastro me atrajo hacia él manchándome ahora a mí también.

—¡Suéltame!

Mascullé pateando un poco a Sullivan, Maribel tomó sus cosas y salió de la mansión provocando que el imbécil del hijastro de mi padre me maldijera peor.

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