Tras eso se hizo una pausa para que todos los adultos fueran atendidos y ayudados, a la vez que el almuerzo se servía.
- Ángelo sácame de esta porquería – exigió Romeo, a quien lo habían sentado en una silla de ruedas, ya que al querer moverse sus piernas temblaron un poco.
- Te quejas demasiado anciano – bromeo Dimitri, quien igual era llevado en su silla.
- Suegrito, venga que le tocan sus medicinas – dijo Antonella.
- ¡Me niego!
- Papá, sabes que es por tu salud – indico Camilo.
- Jeje ven abuelo, yo te ayudo – dijo Bernardino, ayudando a su padre a empujar la silla.
- Abuelitos – en eso ambos miraron que Jin corría hasta ellos y se miraba preocupado.
- Tranquilo Jin, estará bien el abuelito – dijo Antonella – solo ira un momento a tomar sus medicinas y ahora regresa.
- Hm… - contesto el menor.
- Ash… los odio, pero bueno vamos a que me des esas cosas para que regrese con mi bisnieto – menciono Dimitri.
- Señor Romeo, venga le daré esta inyección de vitaminas para que se recupere d