—¡Te estoy hablando!— la voz demandante de James, provocó un palpito acelerado en el pobre corazón de Charlotte, la cual se gira lentamente dónde su mirada se fija en el pecho de James, debido a que él hombre es alto, mientras que ella es una pequeña chica
La mirada de Charlotte sube lentamente mientras que sus labios están entreabiertos, sus ojos azules como el mar se fijan en los ojos color grises fríos de James.Charlotte parpadea, James Brown, parece un príncipe, tan guapo, como el dios griego de sus sueños, un hombre inalcanzable con un rostro tan perfecto y no pudo evitar mirar sus labios y sentir esa sed de que toques los suyos.Charlotte vuelve a mirarlo a los ojos, para contemplar, que ese hombre la está mirando sin tan siquiera parpadear y es como si la desnudara con la mirada, James jamás había visto a una chica de piel trigueña con los ojos azules como ella.Pero aquella mirada tan profunda desapareció cuando el bebé empezó a llorar. —¿¡Vete de mí presencia!?— James al escuchar el llanto del bebé vuelve a retomar su carácter prepotente—disculpe señor James...—¡Señor Brown!— ordena él —¡No quiero escuchar el llanto de ese bebé!—pero... es su hijo señor—¡Calla tus palabras!— la señala con frialdad —Samuel, dale dinero a esta mujer y que se vaya, no la quiero volver a ver, y menos a ese bebé— James al seguir escuchando el llanto del bebé, se da la vuelta para entrar a la casa—¡De aquí no me voy!— se atreve a decir ella, pero al ver que sé detiene, sus piernas parecen gelatina, sentía que se iba a caer al ver que el hombre se gira y la mira nuevamente—James, lo mejor es que entremos y hablemos sobre este asunto— aconseja Samuel —alguien de la prensa nos puede ver, eres un hombre intachable y esto te puede traer problemas, disculpe usted señorita Hill's, por favor ingresé a la mansiónJames no tuvo opción, su amigo tiene razón, por lo tanto, ingresa a la mansión. —Siga por favor, venga conmigo— pide Samuel muy educado causando confianza en Charlotte, la cual ingresa mientras trata de calmar al bebé—no llores cariño, todo va a estar bien, te protegeré de ese malvado hombre— susurra Charlotte, pero James tiene muy bien desarrollado el oído, así que eso lo enfurece más—vamos al despacho, las paredes tienen oídos— Samuel guía a Charlotte hasta llegar al gran despacho que deslumbró los ojos azules de ella, es amante de leer libros y tan solo una ojeada pudo ver libros interesantes y costosos que están fuera de su alcancéJames ingresa al despacho, pero en su mano derecha sostiene un vaso de whisky y luego toma asiento en su trono, dónde no deja de mirar a Charlotte y ella ya se siente intimidada.—no quiero escuchar el llanto de ese bebé— James se bebió el trago a fondo—tiene hambre... es lo último que me queda para darle de comer— Charlotte saca el biberón de la pañalera —Justin, no llores bebito por favor— Charlotte se apresura a darle de comer, pero la pobre está temblando de los nervios saber que ese hombre la está mirando con intensidadSamuel hace resonar su garganta, incluso su frente empezó a sudar, sabe lo difícil que es convencer a James.Cuando Charlotte retira un poco la manta del rostro del bebé, James siente una punzada en su pecho, el bebé es idéntico a él.—¿Cuánto quieres?—amm... ¿A qué se refiere señor?— Charlotte lo vuelve a mirar, pero baja su mirada rápidamente—te daré una gran suma de dinero y quiero que desaparezcas de mi vida, llévate a ese niño contigoEl despreció de James causa enojo a Charlotte. —¿Cómo puedes decir algo tan cruel? El bebé necesita de usted, es el padre del niño—¿Acaso no sabes con quién estás hablando?— ella traga grueso, pero le parece injusto el comportamiento del James—aunque usted sea un CEO, señor James Brown, eso no le da derecho a despreciar a su propio hijo, y aunque le tome cariño al bebé Justin, es usted el que debe hacerse responsable y no dejarlo a la suerte ofreciendo su dinero, el bebé no necesita riquezas, lo necesita a usted, a su padre, que lo abrace y le de su calor, es increíble que el bebé tan pequeño que es y tiene muchas fuerzas y quiere vivir, pero lo necesita a usted, yo no puedo hacer la gran cosa, soy una chica normal de tan solo 22 años que estaba iniciando como enfermera, y porque mi corazón es bueno no deje al bebé a su suerte, la señorita Olivia...— James lanzó el vaso de whisky contra la pared, el que le mencionen a Olivia lo hace volverse el mismísimo diabloCharlotte se exalto, tanto que el biberón cae al suelo y el bebé empieza nuevamente a llorar.—¡James, por favor!— exclama Samuel al ver cómo se acerca a Charlotte, la cual parece un conejito acorralado y asustado—¡No tienes ningún derecho de mencionar ese nombre!— la sentencia al estar frente a ella, dónde su fría mirada deja una estela de intimidación —si no quieres que ese bebé se quede solo, entonces serás su madre de reemplazo—¿Qué...?— la chica siente nervios, ansiedad, por más que se trata de controlar sus emociones, su corazón latía rápido como si se le fuera a salir del pecho—¡Samuel, encárgate de todo!— ordena James y se marcha dejando a Charlotte con la palabra en la bocaJames se marcha a su habitación, dónde puede estar solo y no escuchar nada, necesita paz interior y pensar bien las cosas. Se acerca para agarrar la botella de whisky, y aún está por la mitad, así que empieza a beber mientras observa la foto de Olivia, una que le había tomado en París.<