Tenía las pruebas en mis manos, los había leído, pero me negaba a creer esos resultados, en vez de darles respuestas a todos quienes me miraban a la expectativa, deshice mis pasos y entré a la oficina de la persona que me había dado los resultados y me paré frente a ellos.
—¿Por qué falsificaste estos resultados? —Exigí imperativamente, la persona se quedó viéndome nerviosa.
—Lo siento está equivocado, no he falsificado nada, esos