Effie va caminando de forma nerviosa entre la vegetación, tal vez no debería…

— Tranquila… tranquila… todo estará bien— se decía ella misma en un intento por tranquilizarse.

En el momento que llega a su casa y levanta la mano para querer tocar la puerta, se detiene, aun podía arrepentirse.

Pero antes que incluso su mano roce la madera, ésta se abre de forma ruidosa para dejar entrever a un hombre enorme, fuerte con la respiración agitada.

— Regresaste Effie— El tono delicado de voz del hombre era más una amenaza que un consuelo ella de forma automática da un paso hacia atrás, su miedo le exigía que se alejara.

— Yo creo que olvidé algo…— dice ella de forma nerviosa pero una mano brusca agresiva y rasposa la toma de uno de sus brazos para jalarla al interior de la cabaña.

Effie estaba volando por los aires hasta estamparse en contra de una pared, el olor a humedad, carne seca y varias especies inunda la nariz de la joven niña.

— Dime ¿Qué sabes? ¿qué te dijo ese jovencito estúpido? y ne