EL CELO DE LA PANTERA.
Narrador.
Minutos antes.
Nadia bajó al despacho encontrando a su león con Egan, quien se despidió para ir a ver a Diana.
—Dile a Diana que pronto iré a visitarla—, Egan asintió sin borrar la sonrisa amable de su rostro y cerró la puerta del despacho dejándolos solos.
—Escuchaste todo verdad— indagó y Alisan suspiró, apartando la mirada.
Ella se sentó sobre él: — no deberías estar triste, él parece un buen hombre y sé que ese resentimiento con el tiempo va a desaparecer, confía el mi— le calmó Nadia acariciando su pelo largo, él levantó la mirada y apreció a su hermosa coneja, {siempre tratando de mejorarle la existencia}
—Te amo demasiado mi coneja— le expresó él como cada día mientras acariciaba su mejilla de manera tierna hasta que Nadia sonrió pícara y trazó los labios de su león con la punta tibia de su lengua.
—Bloquea nuevamente el sonido y todo de la habitación de nuestra pequeña, está a punto de despertar—, Alisan sonrió y con magia hizo lo que su reina le pidió.
—Te he descu