CAPÍTULO 37.

MÓNICA MORETTI.

Sentía Que Moriria Ahi Adentro

—Estás callada — comentó Marcos.

—No pasa nada, pensaba en tus padres —le hago saber.

— ¿Sobre qué?

—Todo. Dije —La calidez en que me recibieron y también cómo te adoran —lo último causó nostalgia que se notó en mi voz.

No quería pensar, pero no es igual tener el amor de tus padres, que tener el amor de tus abuelos.

Marcos se estacionó frente a la casa, al pagar el motor y dejar el cinturón a un lado, buscando mi atención.

Tomando mi mentón entre sus dedos, nuestros ojos se conectan.

— Ellos siempre me han dado todo el amor - expresa—, y contigo te darán todo el amor como una hija, te lo dijeron. Asentí.

—Lo sé y agradezco su cariño, a pesar de conocerme hoy —dije con sinceridad.

—A partir de ahora debes acostumbrarte. Dijo, y seguido dejó un cálido beso.

—Entonces, mañana es tu turno de conocer a mis abuelos, le recordé cuando soltó mis labios.

Marcos asiente y no deja de observarme. Sus ojos reflejan un brillo que últi