XI
Nada más al llegar, mamá baja del auto corriendo y azota la puerta de la casa.
Por primera vez en la vida que no veo a los fisgones pegados a las ventanas, en realidad no veo a nadie porque todo a nuestro alrededor está solo y silencioso.
Miro en todas las direcciones y cuando mucho identifico uno que otro perro ladrando a lo lejos, pero sus dueños no salen.
Esto es como de película de terror.
Y, yo odio las películas de terror.
Bajo del auto a buscar a mamá y la encuentro recogiendo ropa que se le