―Entonces, ¿Lo tendrás para el veintitrés? ―Le pregunté anotando en mi agenda personal.
―Si, señor Sanders. Para el miércoles veintitrés en la mañana podrá venir a buscarlo.
Me emocioné al imaginar el rostro de Olivia cuando descubra mi regalo de Navidad.
―Genial―Levanté la vista del teléfono cuando la puerta se abrió de repente―Bien, Andrea, nos veremos ese día.