Malu
Cuando llegué a casa, subí corriendo a mi habitación, entré y al darme la vuelta vi a Vincenzo sentado en un sillón. Le miré y se me heló el corazón al instante. Me sentí como si estuviera en un paredón a punto de ser fusilada por cometer un crimen bárbaro. Su mirada era sombría y eso me dio aún más miedo. Incluso parecía que podía leer mis pensamientos, intuir que ocultaba algo y ante estas posibilidades mi cuerpo empezó a temblar incontroladamente. Todo empeoró cuando empezó el interrogatorio. Entonces... Supe con certeza que estaba literalmente jodido.
- ¿Dónde estabas Malu? - Me preguntó.
- Fui a dar un paseo. ¿Para qué? ¿No puedo? - Hablo nerviosa sin mirarle
- Claro que puedes. Pero, ¿fuiste sola? - pregunta como si ya supiera la respuesta
- Sí... sola - Respondo sin mirarle
- ¿Estás segura? - dice levantándose y acercándose a mí, mirándome.
- Sí, estaba sola... - Volví a contestar
- ¡Mentiroso! ¡Zorra! ¡Traviesa! - Dijo, dándome una bofetada en la cara, haciéndome caer a