—¡Chicos, ya les traigo toallas y algo de ropa para ti, Young Mi! —dice Hye Kyo y corre hacia adentro.
—¿Esta chica estaba espiándonos? —pregunta Young Mi, indignada.
—Mira, tienes la piel de pollo —luego de pensarlo un segundo la envuelve entre sus brazos desnudos y aun mojados, para aminorar el frío. Ella vuelve a sentir esa sensación de protección. Nota como los abrazos de Min le generan una satisfacción irracional. La cabeza queda pegada a su pecho atlético. Sus manos curiosas tocan la fornida espalda de Min y la acarician. Su piel es suave y está caliente en comparación a la piel fría de ella.
—Está amaneciendo… —dice él.
—¡Oh, wow! ¡La hora se pasó tan rápido!
Ella suspira y se aferra al cuerpo de Min.