CHASTITY
Me levanto y salgo de la habitación dispuesta a olvidarme de él, batallando con mis deseos de ayudar, así que de mala gana voy al área de enfermería y al no encontrar a Luckyan por ninguna parte, tomo un par de antiinflamatorios, descongestivos y analgésicos, subo con un vaso de agua también y cuando llego está sentado en la cama.
—No moriste, qué mala suerte tengo.
Gira a verme y frunce el ceño.
—¿Qué mierda haces en mi habitación? Largo, maldita cría —espeta con firmeza y veo que ha recobrado fuerzas pero se sigue viendo mal, en especial cuando la nariz la tiene roja.
Hago caso omiso de su puto insulto y camino decidida hacia el, le toco la frente y sigue hirviendo.
—Quítate la ropa —ordeno.
—¿Vienes a que te folle? ¿Otra vez?
—No seas imbécil —le abro la boca a la fuerza y le meto las pastillas, luego le tiendo el vaso