Nora Harrison
Cuando por fin pude entrar en la casa me quede impactada. Todo en la casa era tan maravilloso y arquitectónico.
Las paredes con formas extrañas que la hacían ver hermosas y otras totalmente lisas que la hacían ver impolutas. Los candelabros, las ventanas, las cortinas y las enormes escaleras en el centro del lugar hacían ver todo como si fuese una casa de cuento de hadas. Una de esas enormes casas de princesas modernas. Y los colores combinaban a la perfección con cada espacio habilitado de la casa.
Y la habitación a la que Andrew me llevó era maravillosa. Con una enorme cama con dosel e incluso muebles dentro de la habitación en colores marrones y dorados.
—Tú casa es muy hermosa.
—Lo es, aunque un poco solitaria.
—Ahora que Naro y yo estaremos aquí te haremos un poco de compañía.
—Y yo estaré encantado de recibirla.
—Una pequeña sonrisa bailó en mis labios y él me la devolvió mientras me ayudaba a subirme a la cama con cuidado.
—Pronto vendrán dispositivos y co