Capitulo 38
El día de la gran boda fue apremiado con un cielo despejado y un sol no tan sofocante. Una temperatura fresca, algo que no se había visto en Italia desde que había iniciado el verano.

Voslov, de pie frente a la ventana de su mansión, veía las montañas ser bañadas con ese brillo dorado del sol. Sus ojos emanaban tristeza y su actitud era propia de quien guarda luto. Él tenía razones para creer que el día que se avecinaba era menos maravilloso de lo que los demás creían.

-Señor su desayuno está listo. -Informó un joven cuyo pequeño y enclenque cuerpo le hacía parecer de menos edad. Voslov lo volteó a ver con mirada apagada.

Siguió al hombrecillo hasta la sala comedor, una inmensa estancia con una mesa de madera de roble gigantesca, absurdo para un hombre que vivía solo y no permitía que sus empleados se sentaran. Se acomodó en el extremo superior, colocando una servilleta en su regazo, aguardó a que sus cocineras prepararan el plato y empezó a comer. Más de treinta empleados estaban en
G Malcor

¡Voslov lo sabe! ¡Sabe quién es Bethany! ¿Pero qué hay de ti? ¿Sabes quién es Bethany?

| Gosto
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