CAPITULO 2.2   “Regreso a casa.”

(julio 3, 2018, Cambridge, Massachusetts, USA)

(Serena Maxwell McNamara)

            Debido a su nuevo estatus de hombre casado, James tendría una casa en Mendocino, así como una recomendación para ser el entrenador de los equipos de lucha, judo y tiro de las secundaria y preparatoria; lo que lo dejaba bien posicionado con un buen trabajo. Tras esto yo ya no tenía más sombras que la mía y más protección que mis instintos, mis conocimientos y mis manos.  Esta vez sí era totalmente libre de toda vigilancia.

            El tiempo estaba pasando y yo quería hacer algo por mí misma, no solo acrecentar la herencia de mis abuelos y mi madre, así que comencé a hacer planes.

            El problema era que no podría llevarlos a cabo en Mendocino, en donde aún casado y ocupado James no dejaba de vigilarme. Entonces tendría que regresar a Los Ángeles y ver mis opciones por lo que decidí regresar a casa, en donde de inmediato comencé a moverme, primero que nada, debía buscar un trabajo a mi gusto, acorde a mis habilidades, así que comencé por solicitar empleo en varias editoriales como traductora, así como en centros mecánicos, todas mis solicitudes las firme bajo el nombre de Serena McNamara.

            También probé suerte en el sistema educativo como maestra de historia en una Junior High School, esperando poder hacer uso de mis conocimientos. Pero como mi padre es John Maxwell, fue imposible evitar que se enterara de mis planes, así que me llamo a su oficina y me dijo

-Serena, si tanto deseas trabajar, porque te aburres en casa ven a Maxcorp a trabajar, por Dios que eres una socia y mi hija.

-Padre, quiero hacerlo por mí misma, ya entré a trabajar aquí y que obtuve, ofensas de mujeres estúpidas que no hacen más que inventar y difundir rumores y chismes, No papá, voy a buscar trabajo en algún lugar según mis amplias habilidades, recuerda que soy psicóloga, abogada, mecánico, historiadora y lingüista, ¿Crees que no encontrare una oportunidad? - le pregunto; aunque sé que lo que intenta es ponerme donde él pueda intervenir en mi vida y eso es lo que no quiero por lo que insisto.

-Papá solo quiero volar con mis propias alas antes de hacerme cargo de todo esto y no ser más Serena Maxwell McNamara, sino la Heredera Maxwell, eso no.

-Hija, déjame ayudarte, además ya no están tus escoltas ¿Cómo quieres que esté tranquilo si no tienes protección?

-Papá no necesito más guardaespaldas, espero que no trates de ponerme más guardaespaldas, yo puedo defenderme sola. En cuanto a lo de buscar trabajo, no quiero que interfieras por favor.

-Claro que voy a interferir, te voy a recomendar a dos o tres personas que podrían acomodarte en sus empresas, no estarías en problemas.

-Pero papá…- quise decir algo, pero mi padre me interrumpió.

-si quieres trabajar, será así o te quedas aquí en Maxcorp, trabajando en la dirección bajo mis órdenes, tendrás un trabajo que será según tus habilidades y comenzaras a tomar las riendas del negocio.

-Bien papá, trabajare aquí nuevamente, solo espero que no haya más problemas, pues de ser así, tendrás mi renuncia al segundo siguiente. - le dije sabiendo que hará todo lo que esté en su mano para tenerme controlada y bajo su “Protección.”

            Así que entré a trabajar en la dirección de Maxcorp, como buena administradora me comencé a hacer cargo de algunas cosas, ayudando a mi padre a llevar la dirección de la empresa.

            Llevar la dirección de Maxcorp es algo agotador, pero más agotador es tener a mi padre más pendiente de mí que del trabajo que se acumula en su escritorio, trabajo que termino sacando yo adelante, pues los negocios están tan diversificados que es agobiante en extremo.

            Fue así que me entere de los nuevos negocios de mi padre con el Gobierno de este país, aunque ya sabía que nunca dejo sus negocios con el Estado, saber que ahora está trabajando en un nuevo chip y un programa de posicionamiento global y guía que si bien para un lego le sonaría a un moderno GPS, a mi como ingeniera en mecánica y aeronáutica me suena a problemas; pues ese programa en un microcomponente a prueba de interferencias, en un misil de corto, mediano o largo alcance es una amenaza muy sería para cualquiera y esto solo puede traer más problemas de los que mi cerebro hiperactivo puede imaginar ¿Por Dios papá, ahora que diablos has hecho?

            Pasan los meses y yo sigo en Maxcorp y mi padre siempre vigilando sobre mi hombro, Demonios que casi llevo la direccion de la empresa yo sola pues él en lugar de trabajar está vigilándome a mí y diciéndome como debo hacer mi trabajo, claro como que también hago el suyo.

            Las fiestas navideñas las pasamos en la empresa y un pequeño festejo en casa, nunca fueron lo mismo sin mamá, pero debemos superarlo.

            El tiempo pasa y yo no soy feliz, me siento agobiada y asfixiada en Maxcorp y no sé si mi padre se ha dado cuenta de ello, mi vida social se reduce a las esporádicas reuniones con mis amigas para comer o ir al cine ya que todas ellas están por terminar sus estudios y bueno como adultas ya están perfilando lo que será el rumbo que tomaran sus vidas.

            Mi vida se ha vuelto una rutina invariable, pues de la casa al trabajo, del trabajo a la casa, los sábados desayunar en el club con alguna de las chicas, ir al gimnasio a visitar al Senseí Kenshín que se alegra de verme, pero me recuerda que ya no puede enseñarme nada más, que debo aprender de mi misma y controlar al tigre dejando salir al dragón.

            Los domingos es día de ir al centro comercial a disfrutar de una película ya sea sola o con mis amigas.

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