91. ¿Por qué no me seduces a mi?
El silencio en la habitación era sofocante. El aroma de ella flotaba en la habitación, olía a rosas y a jazmín por las sales de baño.
Evelyn permanecía de pie junto a la cama, aún empapada, con gotas de agua deslizándose por su piel desnuda. Su corazón latía con una violencia que no podía controlar, y sus ojos se clavaban en Tauriel, que seguía ahí, de pie frente a la puerta, sin moverse.
Pero sus ojos… no estaban vacíos.
Ardían.
—Parece que estás muy dispuesta a seducir a mi beta para huir de mí —dijo al fin, con voz baja y peligrosa.
Evelyn se tensó.
—¡No fue así! Solo fue un accidente. Yo no…
—¿Y por qué con él sí y conmigo no? —interrumpió Tauriel, avanzando lentamente hacia ella—. ¿Por qué no lo intentaste conmigo?
—¡Porque eso nunca pasaría! —exclamó ella, cubriéndose con las manos.
Él se detuvo justo frente a ella. Sus manos se posaron sin permiso en sus caderas, firmes, dominantes.
—¿Estás segura… que no caerías por mí?
Evelyn abrió la boca para responder, pero su cuerpo la tr