Rosa…
“¿Podemos por favor olvidarnos de ese incidente?”, pregunté, tapándome la cara.
“Podemos, pero aún así me encanta sacar el tema”, sonrió ella. Por suerte, estábamos solas. Darana iba a llegar tarde ya que tenía cita con el médico.
“¿Te hace ilusión dejarnos y ser su asistente?”, preguntó Brigitta, cambiando de tema.
Me encogí de hombros y respondí: “No lo sé. Todo esto va a ser nuevo para mí, ya que nunca he sido asistente de nadie. Ashton me dijo que a partir de hoy tendría que asumir el papel sin dejar de ser contadora, así que a ver cómo me va en mi primer día oficial”.
“Sé que lo harás genial”.
Hablamos un poco más antes de ponernos a trabajar. Tenía una larga lista de cosas que hacer como su asistente mientras miraba las notas que había dejado sobre mi mesa y necesitaban de mi atención. Tenía que terminar lo que tenía encima y tenía que asegurarme de conseguir los archivos correctos para reuniones, ofertas, empleados, y la lista seguía y seguía. Tenía que reunirme con