Una fan indignada.
Así firmaba la persona que había publicado aquellas imágenes y videos con pies de foto tan infames como: “Mírenlos a los dos, tan campantes, besuqueándose. J. Cavalier no dejó ni enfriar el cadáver putrefacto de su relación con Adalyn Fernández para revolcarse con su fan más vulnerable”.
O: “¿Qué diablos le ve a ella, que no tenga yo? ¡Vamos a ver! Nicoletta Lombardi está literalmente loca por Jared Cavalier. Y él se aprovecha de ello. ¡Indigante!”.
Y también: “¿Es así como pagas a tus fans más leales y respetuosas?, ¿a las que hemos tomado sana distancia de ti, y respetado tu matrimonio? ¿Involucrándote con la más desquiciada de todas? ¿Se puede caer más bajo, Jared Cavalier?”
El Emperador se limitaba a leer, de manera masoquista, una a una –y a veces, más de dos o tres veces–, cada uno de los textos que acompañaban a una serie de imágenes totalmente sacadas de contexto.
–Pero, ¿en qué momento Nicoletta fi