- ¿Te sientes bien Lía?
- A decir verdad, No, pero era lo que estaba necesitando, quería saber el porqué de esta situación, si era una simple casualidad o si tenía algo especial.
- ¿Fue lo que esperabas?, preguntó Edith.
- Fue mucho más, pero tengo ciertas dudas sobre toda esta profecía, preguntas que debo contestar y supongo que durante el transcurso del tiempo las resolveré, aunque hay una cosa que me gustaría consultarte.
- Dime
- ¿Edith los poderes que tengo se pueden controlar? Entiendo como activarlos, pero no los puedo dominar, tampoco sé hasta dónde llegan mis capacidades.
- Te puedo ayudar a que desarrolles tus dones, si eso quieres.
- Sí, me encantaría. Luego de enterarme de que hay mucho en riesgo, si puedo ayudar con mis poderes, me gustaría hacerlo.
- Te entiendo Lía, la sensación de agobio es común, pero debes saber que en este camino no estás sola, tienes a tu familia, amigos y a la iglesia para ayudarte en lo que necesites. Además, la prioridad eres tú, sin importar lo