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El punto de vista de Sofía
Mis ojos se abrieron y fruncí el ceño ante el terrible dolor que estaba teniendo lugar en mi cabeza. No sabía por qué. Ni siquiera supe cómo me quedé dormido.
Lo último que recordé fue...
Mierda.
Mierda. Mierda. Mierda.
Jenny.
Salté de la cama al instante y corrí hacia la puerta. No podía creer que Lyanna me hubiera dejado inconsciente. ¿Cómo pudo haber hecho eso?
Salí corriendo de mi habitación y me detuve en seco cuando vi a Jenny sentada en el sofá de la sala de estar. Jacob, Ian y Lyanna no estaban allí. Era sólo ella.
“¿A dónde diablos fuiste?” Exhalé, bajé corriendo las escaleras y la envolví en un abrazo. “¡Pensé que alguien te había lastimado! ¿Y si alguien te hubiera lastimado? No deberías salir de casa sin nadie contigo”.
“Necesitaba aclarar mi cabeza”, dijo lentamente y me di cuenta de que estaba sorprendida.
“No puedes hablar en serio”, murmuré. “¿Por qué no pudiste despejar tu cabeza afuera? ¿Por qué tuviste que irte tan lejos? ¡Estuviste fue