Christopher es multimillonario, lleva una vida de lujos y deseos que puede darse con tan sólo decirlo, sin embargo, él esconde un secreto a su familia; es un adicto a los juegos de apuestas, en las noches cuando tiene tiempo libre, en lugar de irse de fiesta con sus amigos, él prefiere irse a contar con suerte en apuestas en un nuevo casino que han abierto en la ciudad. Al principio, las cosas marchaban bien para él, él conseguía ganar las apuestas, pero pronto, la suerte dejó de estar de su lado, y el dueño del casino quiere que este le pague su deuda, por tanto, Christopher únicamente tiene 2 opciones; pagar una multimillonaria suma de dinero al dueño del casino para pagar su deuda, o atraverse a vender la virginidad de su hermana al dueño del casino que tanto la desea.
Leer másEl casino de Hollywood ha abierto sus puertas esa noche dejando que Christopher entre en el lugar, está listo para dar inicio a una noche de ganancias, pues su rival, Noah, está adentro con sus secuaces en espera de que la noche comience para ver quién de los dos saldría de allí siendo el ganador.
Christopher bajo del taxi, abrió sus ojos con ansias y se acercó hasta la puerta del casino, el portero, un hombre de unos 40 años y un aspecto demasiado rudo, le recibió.
— ¿Nombre y edad? — dice el hombre sonando rudo mientras que con su mano golpea levemente el pecho de Chris impidiéndole entrar en el casino sin su permiso.
— Christopher Evans, 20 años — le responde Chris con firmeza, sin miedo, porque no estaba mintiendo, ni entrando al casino de manera ilegal.
— Adelante, el jefe está esperándolo adentro — dice el guardaespaldas.
— Gracias — responde Christopher, y entra con una sonrisa de victoria en su rostro al casino.
El casino era un lugar bastante grande, tenía todos los juegos necesarios para que personas comunes y corrientes salieran de su interior bañados en dinero con jugar sólo por una hora, y quiénes tenían todo el dinero del mundo, llegaban allí para apostar todo lo que les pertenecía, sus casas, sus autos, hasta sus esposan han apostado.
Quién entrara allí, nadie se salvaba de salir como si nada hubiera sucedido.
Christopher camina por un pequeño pasillo el cuál sus paredes estaban pintadas de rojo, y que por la luz amarilla del techo, podía verse un contraste de rojo y naranja.
Y, después de tan sólo unos pocos pasos, Christopher llega a la gran sala de juegos del casino.
La gran sala del casino, así era el nombre que el mismo Noah le había dado al lugar, estaba invadido de multiples juegos de azar y de apuestas que hacían millonario a cualquiera si tan sólo la persona tenía la inteligencia suficiente como para saber ganar.
Había desde el famoso Blackjack hasta los juegos de dados y juegos de máquinas.
Aquel era un sitio bastante moderno, y era de los favoritos de Christopher porque ya en una ocasión había conseguido vencer en tan sólo una hora de partida de juego de dados a Noah, y salir del casino esa noche con 1,200 dólares en sus bolsillos que guardó para sus ahorros sin que sus padres, o su hermana menor se dieran cuenta de ello.
Christopher se encuentra con Noah, aquel joven estaba sentado en una butaca que le hacía ver más alto de lo normal, y estaba sentado mirando de espaldas a Christopher, pues en ese instante estaba ocupado jugando en una máquina clásica de tétris, si, no sólo habían apuestas, también había diversión para quién sólo quería pasar un rato agradable sin salir perdiendo.
— Noah… — dice Christopher.
Noah deja de jugar al escuchar que le llaman, y de inmediato, reconoce la voz, sabía que era Christopher, su jugador estrella, conocido así porque era un chico obsesionado con las apuestas, en varias ocasiones había conseguido ganarle a Noah, y hasta lo había sorprendido en lugar de haberle hecho enojar porque a Noah no le gustaba que le ganarán, sin embargo, Christopher con tan sólo tener 20 años, había llegado a hacerse una fama de buen jugador en el casino que, increíblemente Noah había conseguido admirar.
Pero aquella noche, Noah tenía la certeza de que iba a derrotar a Christopher para bajarle de las nubes, el orgullo que se mandaba.
— Christopher Evans, buenas noches, ¿Estás listo para tu noche de suerte? — le pregunta Noah con voz de competitivo que siempre tenía cuando llegaban sus rivales al casino.
— Si, lo estoy, ¿Empezamos? — le pregunta Christopher con toda la actitud para iniciar una noche de apuestas.
— Sígueme — dice Noah.
Christopher le sigue el paso a Noah por el amplio pasillo tapizado con una alfombra roja hasta que llegaron al famoso juego del poker.
Christopher sonríe malicioso porque aquel juego ra su favorito, desde que tenia 12 años, y que había tenido un celular por primera vez en sus manos, este había aprendido el arte del poker no sólo jugando en el dispositivo móvil, sino también viendo tutoriales de YouTube de cómo jugarlo.
De hecho, su abuela materna, los viernes después de las 5:00 de la tarde, se reunía en casa con sus amigas del club, siempre jugaban al poker, y él, devén en cuando, tuvo la oportunidad de quedarse con ellas a observar cómo jugaban, inclusive, como sentía que se había convertido en un experto, no dudó la primera ve, en meterse a jugar en una partida de poker de señoras de entre los 70 a 80 años, y dejarlas boquiabiertas de lo fácil que él conseguía derrotarlas.
Aquella noche, Christopher contaba con toda la suerte del mundo para ganar esa partida, pues decidido a ganar, estuvo practicando por una hora el juego en casa, estando encerrado a solas en su habitación.
— Sabes jugar al poker, ¿Cierto? — le pregunta Noah.
— Claro que sí, es pan comido para mí — le responde Christopher sin borrar la sonrisa maliciosa de su rostro.
— Bueno, esperemos a ver que tan pan comido dices que es para ti — dice Noah a modo de reto.
— Adelante, reparte esas cartas — le dice Christopher.
Sin más preámbulos, Noah se sentó en su butaco, Christopher se sentó en el suyo mirando a Noah de frente, Noah cogió las cartas de poker que estaban puestas sobre la mesa, y comienza a resolverlas.
Luego, Noah reparte las cartas en partes iguales entre él y Christopher, y el juego comienza.
La primera ronda la pierde Christopher, y por intuición y ambición, este le pide a Noah que jueguen otra partida, Noah acepta sin pensarlo, y vuelve a mezclar las cartas hasta repartir las otra vez.
En esta segunda ronda, Christopher logra ser el ganador.
Aunque no por mucho, Noah sabe que él es el experto en este juego, sabe que Christopher es un principiante, pero no importaba, la noche era joven, y el casino también para que Noah siguiera retando a Christopher.
Christopher quería explotar, estaba muy enojado, confundido, se sintió traicionado, pero al mismo tiempo no sabía en qué podía confiar. — Christopher, antes de que lo intentes, debes calmarte, no quiero que vayas a hacer un escándalo, si Noah te escucha, es capaz de asesinarte, por qué un escándalo de estos sería capaz de hacer que el casino hasta cierre por qué a los clientes no les gustan los escándalos, por eso, él podría matarte — le dijo Tyler a Christopher a modo de susurro con la esperanza de que Noah no pudiera escucharles.Sin embargo, el oído de vampiro de Noah era muchísimo más potente de lo que cualquier vampiro podría desear tener, y desde dónde estaba escondido, Noah les había estado escuchando la conversación a Tyler y a Christopher con muchísima claridad, tanto así que, no dudo un segundo en querer salir de su escondite para acercarse hasta el bar y dar la sorpresa de que él ahora estaba muy enojado con los dos.Christopher y Tyler se han quedado callados al ver como
Christopher ha mirado a Noah en cuanto él se puso de pie y abandonó su escondite dispuesto a querer volver al trabajo solo con la intención de querer distraerse.— Christopher, ¿Qué es lo qué sucede aquí? — le pregunta Tyler a Christopher con curiosidad y preocupación, al mismo tiempo que ha dejado de hacer su trabajo para querer escucharlo.— Eh.. Creo que yo no soy la persona indicada para hablar de esto, ¿Sabes a dónde se fue Noah? — le responde Christopher a Tyler esperando que él no quisiera seguir haciendo más preguntas.— Estoy seguro de que él ha de haberse ido a meter a su escondite — le respondió Tyler a Christopher.— ¿Su escondite? ¿Cómo que un escondite? — volvió a preguntar Christopher.Christopher ahora ya no sabía que pensar sobre todo lo que estaba sucediendo, y estaba preguntándose a sí mismo ¿Era cierto que Noah estaba ayudándole o simplemente todo era parte de una mentira y él nada más quería era protegerse a sí mismo? Christopher ya no estaba seguro de que pensa
— Hemos venido a buscar a dos personas que han reportado como desaparecidas hace un par de días aquí — dijo el policía a Tyler. Tyler seguía en su trabajo de estar limpiando lo que era un par de vasos sucios de cócteles de unos clientes que había estado atendiendo y que ya se habían ido. Él quería seguir tratando con total naturalidad, trataba de hacerlo por qué para el colmo, estaba siendo ahora uno de los sospechosos de ser cómplice de que su jefe y su asistente estuviesen escondidos, pues aunque Tyler no lo había visto, Tyler no sabía en dónde estaba Noah, pero estaba seguro de saber que Noah estaba escondido dentro del casino. Y Christopher estábamos escondidos en sus pies esperanzados de que ni sus padres ni los policías pudieran encontrarle. Los padres de Christopher han comenzado a caminar alrededor del casino, sin alejarse mucho desde la ubicación de los policías en caso tal de que vieran algo y que tuvieran que delatarlo para que ellos nada más pudieran era apurarse en at
— De acuerdo, creo que podemos intentarlo, ¿Cuándo quieres que lo hagamos? — dijo Christopher a Noah.— Mañana a las 6:00 am salimos de aquí — contestó Noah. — ¿Qué? ¿Cómo que a las 6:00 am? ¿Te has vuelto loco? — preguntó Christopher mientras se hacía la víctima de saber que no podría dormir esa noche, cuando apenas recordaba que ya no era un humano y que ya no tenía para nada que descansar en las noches.— Christopher… Tú eres el que se ha vuelto loco, ¿Te has olvidado de que ahora eres un vampiro? ¿Te has olvidado de que los vampiros no dormimos en la noche? — le dice Noah a Christopher a punto de reírse de él en su cara por lo absurdo que sonaba la idea de que un vampiro pudiera dormir de noche.— Oh verdad, bueno, siendo así, creo que regresaré al trabajo — dijo Christopher mientras que se disponía en apagar su computadora para dejar la pantalla cerrada y que esta se quedará apagada encima del escritorio.— Eh, no, creo que por hoy puedes descansar, si quieres puedes ponerte a j
Noah se queda callado, se queda pensativo, como si se le estuviera ocurriendo una maravillosa idea en ese preciso momento de la que él no estaba seguro si Christopher sería capaz de aceptarla. — ¿Qué sucede? — le pregunta Christopher a Noah con curiosidad como si ellos al ser unos vampiros no tuvieran el poder de leer la mente, o bueno, no tan en sí de leer la mente, pero sí cómo de percibir lo que entre cada vampiro pudiese sentir. — Es que no sé, creo que tengo una idea, pero no sé si esa idea pueda funcionarnos — le dijo Noah a Christopher mientras trataba de analizar todo lo que estaba por decir para saber si podía llegar a ser o no una muy buena idea. — Ya, déjate de tantos rodeos y mejor cuéntame de una buena vez qué es lo que te traes en mente — dijo Christopher, comenzando a perder la paciencia, en sí, él siempre había odiado la idea de que las personas le dieran tantas vueltas a un asunto cuando se trataba de decir algo. — Es una idea estúpida, pero nos puede funcionar, a
— Muy bien, así lo haré, ya deja de pegarme, mejor, o vamos a trabajar, o vamos a ponernos de acuerdo en el plan de rescate de mi hermana, ¿Vas a ayudarme? — le dice Christopher a Noah.Noah intenta de nuevo volver a mantener la calma por qué así habían sido las cosas, ambos se habían hecho amigos nada más con la intención de querer ayudarse entre sí a resolver sus problemas. — Sí, te voy a ayudar, ambos dijimos que estábamos juntos en esto, ¿No? Entonces, siendo así, déjame hacer algo primero para que luego nos pongamos en marcha a idear un buen plan de rescate para ir por Samantha.Christopher asiente con la cabeza y Noah se marcha rápidamente para salir de la habitación de Christopher, irse caminando por el pasillo de las habitaciones, y llegar finalmente hasta dónde estaban las mujeres que Christopher había dejado hipnotizadas para que ellas hicieran lo que él quisiera y él tuviera éxito en su primer día de trabajo.Las mujeres dejan de disfrutar de una buena partida de cartas pa
Último capítulo