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El punto de vista de Sofía
Un escalofrío recorrió mi cuerpo ante sus palabras y mis muslos se apretaron con anticipación. No podía creer que ya me estuviera mojando con palabras tan simples. Besó mi cuello y pasó sus dedos por mi cabello. “Te ves hermosa”, murmuró, besando mi cabello.
“Gracias”, respondí, mis mejillas se pusieron rosadas.
“Quítate la ropa”, añadió, besando mi cuello una vez más y caminó detrás de mí. Me quitó la capucha y empezó a desenredarme el pelo con cuidado.
“Para quitarme la ropa”, comencé lentamente. “Necesito que me dejes el pelo”, le recordé.
Desenredó la primera trenza y pasó a la otra sin decir palabra. Él también desenredó ese y me revolvió el cabello ligeramente. “Amo más tu cabello cuando está suelto”, murmuró contra mi cuello y luego lo sentí dar un paso atrás. “Quítate la ropa”.
Tragué saliva mientras me quitaba la sudadera con capucha y luego desabroché la cremallera y los botones de los pantalones holgados que llevaba puestos. Me bajé los pantalo