Mi querido William
Espero que la llegada de esta carta te encuentre en perfectas condiciones. No se tan siquiera donde debo enviarte esta misiva. Así que la haré llegar a Alexander, esperando que él sepa dónde te encuentras. Dicen algunos que marchaste a África, otros a América. Espero que donde quiera que fueras, hayas encontrado la paz.
Lamento mucho el modo en que nos separamos, y me hubiera gustado acompañarte en tus aventuras. Pero tenías razón querido amigo. Yo también necesitaba encontrar mi camino.
Volví a mi hogar, lo que queda de él. Mis abuelos ya habían fallecido, así que vendí a barca y la pequeña casa en el acantilado. Mi abuelo tenía razón, la vida de pescador no está hecha para mí.
Y volví a Londres.
Me aceptaron en la academia como instructor, a pesar de no tener alto rango (cosa que sabemos no tendría ni con todo el oro del mundo). Y aquí estoy. De instructor de cadetes. Supongo que me agrada poder vengarme un poco sobre ellos de la dureza de nuestra instr