Ha sido increíble. Ni mejor ni peor que las otras veces, solo increíble. Este hombre no deja de sorprenderme, puede mimetizarse en el amante más pasional o en la dulzura personificada. Puede ser un trozo de hielo o lava ardiente.
-¿Qué tal? - pregunta mirándome fijamente.
Odio esa preguntita hasta cuando la escucho en las películas. Siento el calor ascender por mi cuello para quedarse en las mejillas.
-Eso no se pregunta - ríe. Sabe que estoy avergonzada.
-Claro que se pregunta. Te ha gustado cuand...
-¡CALLA YA! -le tapo la boca para que no pueda seguir hablando.
No entiendo esta timidez repentina. Hemos hecho cosas mas obscenas en sitios donde no se deberían hacer y aquí estoy, comportándome como una adolescente que acaba de perder la virginidad.
El momento romántico se rompe cuando mis tripas comienzan a crujir, esta mañana hemos salido temprano y no me ha dad