—Entonces ¿Estás lista para intentarlo de nuevo? — Se volvió el señor Duncan a preguntarle con una gran sonrisa en el rostro —
-¿Intentar qué de nuevo? – Preguntó Rosalin con lágrimas en su rostro —
-Esto. Los dos. Juntos otra vez – Dijo el señor Duncan con un tono suave y una gran sonrisa –
-Bueno, hasta ahora se siente bien – Dijo Rosalin con una sonrisa – Hablar contigo y sentirte cercano –
-Siempre Rosalin – Dijo el señor Duncan – Eres mi esposa y eso nunca va a cambiar así te vayas al Timboctú –
Rosalin puso su mano sobre la de él en el volante del auto y éste sonriendo la tomó y se la llevó a los labios.
-¡Y tendremos un bebé! — Preguntó Rosalin –
-Los que quieras – Dijo el señor Duncan –
-Siempre he querido tener tres hijos – Dijo Rosalin sonriendo con su mano todavía entrelazada con la de él –
-Yo no tengo problema con eso. Lo único que yo quiero es que te quedes a mi lado. Conmigo y con Sarah – Dijo el señor Duncan –
-Lo haré. Me quedaré con ustedes – Dijo Rosalin – Supong