Leonardo.
Cierro los ojos y respiro profundamente disfrutando del aire puro y los rayos de sol que bañan mi cuerpo, este lugar siempre me gustó, es un remanso de paz, donde venía cada vez que mi mente se convertía en un caos, cuando me sentía acorralado y abatido, mi lugar favorito, mi refugio.
— Nunca terminé de entender ¿por qué de todos los lugares del mundo en los que posees propiedades tu destino favorito es este pequeño pueblo? en un país tan...
— Ten cuidado con lo que dices, los argentinos se destacan por defender su patria ante todo insulto, créeme son personas pasionales, no solo con su patria, su equipo de fútbol e incluso con su forma de pensar, te puede salir caro menospreciarlos, además, mira a tu alrededor, montañas con cumbres nevadas, bosques casi vírgenes, lagos que guardan un encanto especial y a cada paso una leyenda que oír de sus indígenas, te enseñan a ver la naturaleza de otra forma. El Bolsón es un lugar mágico, toda la Patagonia lo es. — Trato de que mi amigo entienda lo maravilloso que es este lugar, pero lo dudo somos muy diferentes, mientras que él dice día yo digo noche, él dice cuidad y yo digo bosque.
— Bueno eso es verdad, pero para alguien como yo, que necesita del bullicio de la ciudad, el ruido de la noche... no sé cuánto tiempo te pueda hacerte compañía, hace tres días que llegamos y no hemos hecho nada más que estar con tus caballos y pasear por el lago, necesito mujeres si vamos a estar recluidos en tu pequeño fuerte.
— Bien Kevin, esta noche iremos a un lugar, que cumplirá con tus requisitos y quizás con suerte encuentres a alguna turista que quiera divertirse, aunque no lo creas no seremos los únicos norteamericanos por estos lugares, viene gente de todo el mundo, a un par de horas de aquí esta Bariloche en el se encuentra el hotel spa llao llao, es un lugar que ha sido sede de la cumbre iberoamericana de presidentes y ha albergado a grandes celebridades, un poco más lejos se encuentra Villa la angostura, allí tienen una residencia los reyes de Holanda, como verás, no soy el único millonario que encuentra maravillosa esta región.
— Entonces amigo, espero que tengamos suerte esta noche y puedas empezar a despedir tu soltería como corresponde, Charlotte te está esperando para poner fecha a la boda, sabes que su compromiso ya empieza a levantar habladurías, digo, ¡¿quién se compromete por 6 años y aún sin decidir fecha para la boda?!
Y esa es la razón por la que escape, ese maldito compromiso que me hace sentir que me asfixio con cada minuto que pasa.
— Sabes que ese compromiso fue organizado por mis padres, yo nunca estuve de acuerdo. — digo una vez más con el cansancio que ello me ocasiona.
— Pero no te opusiste como era debido.
— ¡Apenas tenía 18 años! Solo pensé que, con el paso del tiempo, ella se aburriría de mi desinterés y cancelaria todo.
— Ella solo busca tu billetera y capturarte eres uno de los millonarios más codiciado por las mujeres en California, no solo por tu dinero también eres extremadamente guapo.
— Wou detente ahí o creeré que te gusto. — digo divertido solo para molestarlo.
— ¡Rayos Leo! Eres realmente un idiota.
Seguí bromeando todo el día con Kevin, pero la verdad era por ese compromiso que estaba en este lugar, había comprado estas tierras un año después de mi sentencia, porque si, el compromiso con Charlotte Pincen era eso, una sentencia, un castigo, una condena, necesitaba un lugar donde escapar de ella, de mis padres, de todo el mundo, buscando una solución a todo esto, pero los años pasaron, y estoy como en el principio, atado a alguien que no amo y sin una firme razón para oponerme a los deseos de mis padres, ¿qué les puedo decir?, que nunca me ha atraído ninguna mujer u hombre, si claro, seguro que se resignarían a perder su amistad con la familia Pincen así como así.
Estoy comenzando a creer que algo no está bien en mí, ¿acaso no puedo sentir amor por nadie?, no creo ser homosexual, tampoco heterosexual, no sé qué está mal conmigo, acudí a decenas de psicólogos e inclusive psiquiatras, pero nadie sabe a qué se debe mi falta de deseo sexual, es frustrante, no es como que nunca estuve con alguna mujer, es solo que no siento placer, no siento nada.
Florencia:
Mi vista recorre el paisaje tan hermoso que esta fuera del restaurante como si de una hermosa obra de arte se tratara, mientras el tono del teléfono llama una y otra vez, hasta que al fin alguien atiende.
— Hola.
— Hola Diana ¿cómo estás?
— ¡Amiga! estamos bien, no te preocupes por nosotros, mejor dime ¿cómo estás tú? ¿Cuándo te veremos?
— Estoy bien, en serio, no se preocupen, en cuanto a vernos... no lo sé, sabes que eso será difícil. — Dios como los extraño.
— Dime por lo menos ¿dónde estás? Hace meses que no sabemos nada de ti.
— No lo creo conveniente, si él se entera, estoy segura de que esta vez me matará. — de solo pensarlo tiemblo.
— ¿Por qué te fuiste Flor?, él está en México, nosotros en Colombia, aquí no nos puede hacer nada, no a menos que quiera iniciar una guerra entre cárteles. Además, sabes muy bien que mi padre jamás dejara que te haga alguna cosa. Él te aprecia como una hija, se siente en deuda con tus padres, nos hace mal no saber de ti.
Diana siempre encuentra la manera de hacerme sentir culpable, es increíble, pero no puedo poner a nadie más en peligro, no soportaría ver morir a más nadie.
— No quería ponerlos en peligro y yo ya no quiero saber nada con esa vida, sabes muy bien el precio que pague por no querer ver lo obvio. Si te hubiera escuchado en aquel entonces. — me lamento en vano, ya es tarde para eso.
— Eso ya no importa, dime, por lo menos si estás en este país, si necesitas dinero, sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites, con todos nosotros.
— No, no estoy en Colombia, vine a conocer el país de mi padre, estoy en Argentina, no te preocupes, tengo trabajo, estoy bien. Ahora Debo colgar, adiós saluda a todos de mi parte.
— Adiós, Florencia. Cuídate. No olvides que te queremos.
Extraño tanto a mis amigos, Diana, Esteban, Javier, como me gustaría estar con ellos, pero mi sola presencia podría ser causa de muerte para ellos, soy una idiota, por lo menos aquí estoy tranquila.
Tenías razón papá, Argentina me iba a encantar, es un lugar maravilloso.
— Florencia, ¿estás bien? — Diego, el encargado del restaurant siempre está al pendiente de todo lo que hago, es un buen hombre que se preocupa por mí.
— Sí, sí, todo perfecto, comenzaré a acomodar las mesas.
— ¿Sabes? hoy tendremos a gente importante, viene Amara Scott y sus amigas.
— Mmm, no me suena su nombre, pero no te preocupes mi servicio será excelente como siempre. — Y es que esa es la verdad, siempre atiendo a todos por igual, con respeto y de buena forma.
— Lo sé, en realidad te iba a pedir que cantaras una vez servidas las mesas, Elio llegará más tarde esta noche, ¿crees que podrás cubrirlo?
— Si tú confías en mí.
— Si, obviamente que confió en tu hermosa voz.
— De acuerdo. Solo necesito una guitarra.
— Y la tendrás, aparte también tendrás un plus este fin de semana en tu sueldo.
— Gracias, aunque sabes que lo haría gratis ¿verdad?
— Claro que lo sé, pero es lo que corresponde.
— Eres una luz Diego.
— ¿Tanto como para iluminar tú corazón?
— No estropees el momento, eres mi único amigo aquí. — Diego es un joven maravilloso, pero no quiero involucrarme con nadie, no después de todo lo que he pasado.
— De acuerdo, hagamos de cuenta que no dije nada. Pero no perderé las esperanzas.
La tarde pasó rápidamente, entre acomodar y servir las mesas, pude distinguir de inmediato a la famosa Amara, bueno, aunque de famosa no tenía nada, era la hermana de un gran empresario de California, eso era lo único por lo que era conocida.
Aparte de ella y su grupo de amigas que ocupaban casi la totalidad del local, solo habían dos mesas más ocupadas, en frente del escenario una familia de empresarios argentinos que le servían de guía turística a la señorita Scott y dos hombres jóvenes que se sentaban en la última mesa, no pude ver sus rostros en lo que iba de la noche, ya que Diego me designó a la familia argentina, mientras que él y Fabián atendían a las hermosas jóvenes, a pesar de que mi Inglés era mejor que el de Fabián entendía porque hizo ese movimiento y es que ambos jóvenes eran bien parecidos, ellos querían conquistar a algunas de las muchachas, son dos mujeriegos empedernidos.
— Che, Flor, ¿te diste cuenta de que ese bombón no te saca la vista de enzima cada vez que vas a su mesa?
— ¿Eh? No, no lo creo es solo un niño. — El joven argentino, era bonito a la vista, pero su cara de niño no era para mí.
— Vamos muñeca, debe tener entre 19, 20 años. — dijo con voz tentadora mi compañera de trabajo.
— Exacto, yo tengo 24 ¿conoces el dicho el que duerme con niños amanece mojado?
— En ese caso te cambio de mesa, yo tengo 20, y ese par rondan entre los 25 y los 30.
— Concéntrate en trabajar Mónica, deja de querer ligar con todo el mundo.
¿Qué pasaba con ellos esta noche? ¿Acaso estaban bajo algún embrujo alborotador de hormonas? ¿O solo era yo que perdí la fe en el amor? Al fin Diego me dio la señal para que suba a cantar, algo que me encantaba y que pocas veces tenía oportunidad de hacer, menos aquí, a Elio no le gustaba y ser el sobrino del dueño tenía sus ventajas, no le agradaba que tuviera mejor voz que él, y no es por dármela de diva, pero era la verdad. Mientras comencé a tocar la guitarra me decepcione un poco al ver que solo la mesa que yo había atendido me prestaba atención, mientras las muchachas seguían con sus risas escandalosas, supongo que a todos nos pasa, ser ignorados cuando solo queremos dar lo mejor que tenemos.
Sabía muy bien lo que debía cantar, el tema preferido de mis padres, la leyenda del hada y el mago de rata blanca.
— Buenas noches, espero que estén disfrutando de este hermoso lugar, y que les agrade el siguiente tema: la leyenda del hada y el mago.
Cuenta la historia de un mago
Que un día en su bosque encantado lloró
Porque a pesar de su magia
No había podido encontrar el amor
La luna, su única amiga
Le daba fuerzas para soportar
Todo el dolor que sentía
Por culpa de su tan larga soledad…
Para cuando terminé solo escuchaban aplausos, eso me hizo sentir muy bien, no sé si ellas entendieron toda la canción, supongo que siendo personas ricas hablarían varios idiomas, yo era una don nadie y sabia castellano, inglés, italiano y un poco de portugués, mis padres se esforzaron para que tuviera un buen futuro, lástima que lo eche todo a perder.
Estaba por bajar cuando comenzaron a pedir otra, no sabía qué hacer, podía ver que Elio y su grupo ya estaban tomando lugar en sus instrumentos y sus rostros no eran de felicidad.
— Dame eso, nadie te dio permiso de tocar mis cosas.
— Diego me lo pidió. — Le respondo algo irritada, no soporto al idiota Elio.
— Él es solo el encargado no el dueño. — El idiota ni siquiera disimuló cuando me arrebató el micrófono y me empujó para que bajara del escenario. Quería golpearlo, odiaba cuando actuaba como él niño mal criado que era.
— Lamento eso, hablaré con Alfredo, él no puede tratarte así menos delante de los clientes.
— No te preocupes Diego, sabemos de sobra como es el niño caprichoso.
— Flor, los hombres de la última mesa pidieron tu presencia. — dice Mónica interrumpiendo nuestra charla.
— ¿Eh? ¿Para qué?
— No lo sé.
— Será mejor que vayas, es conocido de Alfredo, se llama Leonardo Roth, creo que tienen negocios juntos.
— Bien. De acuerdo iré.
Leonardo: — Dime ¿qué te parece? — espero que el lugar sea del agrado de Kevin.— En verdad, la bebida y la comida es muy buena, aunque si la camarera supiera hablar inglés sería mejor, odio usarte como traductor, en especial porque estoy seguro de que no le pediste su número telefónico, mi castellano es escaso no lo hablo, pero lo entiendo.— Vamos, es solo una niña, si te gustan jóvenes ve por Amara, no ha dejado de coquetearte.— ¡Estás loco! ¿Sabes quién es su hermano? Alexander Scott, fue nuestro compañero en la universidad ¿acaso lo olvidaste?— No podría olvidar a un maldito como él, es por eso mismo, que te digo que ligues con Amara, él se burló de tu hermana, págale con la misma moneda. — y una vez que lo dije me avergoncé, ¿Cómo pude darle tal idea? Pobre chica, no tenía la culpa de que su hermano sea un desgraciado.— Suena tentador, pero todavía recuerdo la paliza que me dio cuando lo confronte por lo de Lisa, dicen que está aún más loco y violento desde que su prometida
Florencia:No podía despegar mis ojos del hermoso hombre que tenía en frente, es como si me hubiera embrujado.— ¿Leonardo? ¿Qué haces aquí? — parecía agitado como si hubiera corrido ¿caso, salió tras de mí?— Solo Leo, dime Leo por favor y la verdad… te seguí, no lo tomes a mal, pero te vi salir alterada y me preguntaba si estabas bien. — luce avergonzado por seguirme, se ve… tierno.— Sí, estoy bien o mejor dicho lo estaré, están en temporada alta, aún puedo conseguir trabajo, ya después veré, si me quedo o me voy.— ¡¿Acaso te despidieron?!— Renuncié no es lo mismo, algunos no estamos dispuesto a doblegarnos a los caprichos de los demás, algunos todavía tenemos dignidad.— No comprendo, ¿acaso mi invitación te causó problemas? — se ve realmente preocupado.— No, nada de eso, es por Elio, es el sobrino del dueño, no entiende que no es no, creo que se parece a tu amigo en ese sentido. — su rostro adquiere un tono sombrío, que incluso da un poco de miedo... ¿pero qué rayos hago habla
Leonardo:Se ve totalmente hermosa, con su cabello suelto, es extremadamente largo, aunque ahora su rostro tiene un deje de tristeza, me pregunto hace cuánto no ve a su familia, me siento responsable, por hacerla recordar la distancia que los separa, quizás si todo sale como tengo pensado, realicemos un viaje a México, me gustaría recibir la aprobación de sus padres.Dios, estoy hablando de aprobación de sus padres cuando ni siquiera le eh propuesto nada a ella.— Bienvenida a la estancia León. — Le anuncio ni bien pasamos la tranquera de entrada, sus ojos adquieren un brillo de picardía.— ¿León? Cuanta humildad. — lo dice con burla, pero lejos de enfadarme me hace reír a carcajadas. Si se está burlando, bien, mientras ella este alegre, no me molesta.— No sé me ocurrió otro nombre, aunque quizás lo cambie por estancia el Hada. ¿Qué te párese?— Me gusta, pero tal vez deberías preguntarle a tu novia si le gusta. — En ese momento me congele, no quería mentirle, pero ¿cómo explicar tod
Florencia:Tamara y yo nos fuimos de regreso a la casa, sus supuestas amigas ya habían salido, sin preguntar por ella, y mucho menos preocuparse por donde estaba, sorprendente.El que si estaba era mi Leo, que bien zona eso.— Flor estabas aquí, hola, Amara, ¿sucede algo?— Nada importante Leo, pero necesito que le pidas el móvil a Kevin, es urgente. — me observa un poco curioso y responde.— Puedes usar el mío.— No, necesito el de él ahora, por favor, es algo importante pero no puedo contártelo. — Amara solo nos observaba conteniendo sus lágrimas.— De acuerdo, te lo traeré, a, por cierto, en la mesada esta lo que me encárgate.— Gracias. — Ahora que lo pensaba, ¿ella no necesitaría tomar algo también?— Amara, ¿usaron protección?— ¡Oh, no!, rayos ahora sí... — veo como la desesperación comienza a invadirla, maldito Kevin, ella es apenas una adolescente, peo él es un hombre, ¿cómo pudo ser tan descuidado?, desalmado, estoy segura que si ella resulta embarazada no se hará responsab
Florencia:— ¡Leo! — Mi corazón se acelera de solo ver que es él quien me llama, es impensable lo dependiente que me volvía a él, lo quiero conmigo, lo extraño demasiado.— Hola cariño.— Hola, ¿todo bien? — su voz suena cansada.— Recién estoy saliendo del aeropuerto no te preocupes, solo extrañaba tu voz.— Yo también te extraño... demasiado.— Volveré lo más pronto posible, te llamaré más tarde.— Adiós, cuídate.Esto era muy raro y loco, si mis padres me vieran, ¿qué pensarían de esta locura?, en solo un mes Leo conoce todo de mi al igual que yo sé todo de él, nos embarcamos en esta locura, ahora vivo con él, solo espero que Manuel jamás me encuentre, por más que Leonardo diga que puede protegerme, temo lo que el cuervo nos pueda hacer.— Señorita. — la empleada llama mi atención.— Ya te dije dime Florencia por favor.— De acuerdo Florencia, el señor Alexander Scott está en la sala, desea hablar con usted.— ¿Conmigo?Sé que es el hermano de Amara, me eh mantenido en contacto con
Florencia:Esto no puede ser, como puede ser que el universo conspiré contra mí, la única vez que tuvimos sexo sin protección fue la noche del lago, y Leo me compró la píldora, pero se la di a Amara, pensando en comprar otra para mí, más tarde, algo que nunca hice, y ahora.... este bebé ¿cómo se lo explicare?El timbre del teléfono me saca de mis pensamientos.— ¿Sí?— Amor, ¿cómo estás? — Trato de que mi voz no tiemble, no me atrevería a decirle nada por teléfono.— Bien ¿y tú? ¿Cómo está todo? ¿Cuándo vendrán?— Ya estoy en el aeropuerto, llegaré mañana. — eso quiere decir que sus padres no me quieren conocer.— ¿Llegaras? Vienés ¿solo? Acaso tus padres no...— Eso ya no importa, espérame, mañana a esta hora estaremos juntos.Lo sabía, ellos no me quieren, solo logré traerle problemas al único hombre que he amado en mi vida.Él no se merece esto.Leonardo:— Hola amor.Florencia estaba en el sofá, dormida, me deleite observándola un tiempo, y luego la desperté con un tierno beso, qu
Florencia:— Bien Florencia, Leonardo, está todo perfecto, este bebé está creciendo muy bien, te recetare hierro y ácido fólico, seguirás tomando un comprimido de cada uno a diario, y nos veremos en esta misma fecha el mes que viene.— De acuerdo doctora, adiós. — Salimos de la consulta y podía notar la emoción en su voz cuando habló.— No lo puedo creer, ¡nuestro bebé está formado por completo! ¿Lo viste amor? Tiene sus bracitos, incluso diminutos dedos, es maravilloso, y recién tiene 18 semanas. No puedo esperar a la próxima ecografía. ¿Te imaginabas algo así?Desde que salimos del consultorio no ha parado de hablar de ello y cada una de sus palabras me está matando, trate de mantenerme firme y tratar de que no me perturbara, pero apenas termina de decir eso y estaciona fuera de la casa, bajo corriendo, tratando en vano que no me vea llorar, algo imposible, antes de llegar a la recámara Leo me alcanzó tomándome del brazo.— Amor, ¡¿qué sucede?! ¿Porque lloras? — sus ojos tan puros m
Leonardo:Saco de la habitación a mi madre y ex prometida, lo más rápido que puedo y luego de dejar a ese par de víboras en la sala fui a la cocina y le di indicaciones precisas a Camila.Cuando me dijo que entendió todo volví a la sala, aguantando mis ganas de matarlas.— Te exijo una explicación de inmediato hijo, ¡Que acaba de decir de esa mujer!— Madre, no, ahora no. Charlotte ¿estás bien? Dime ¿te duele algo? — finjo estar lo de lo más preocupado, debe salir todo bien.— No cariño estoy perfectamente. — responde la maldita pelirroja que casi golpea a mi amor.— ¿Estas segura? No quieres que te lleve a ver un doctor.— No amor, no soy una mujer de cristal.— Sí, lo pude ver, como atacaste a Florencia fue realmente algo de temer, por un momento si ella no se hubiera cubierto el vientre su bebé... mejor no decirlo. — No la verdad no quería decirlo y me estaba costando un triunfo no matarla, por tratar de lastimas a mi hermosa hada.— Dilo porque lo escuche dijiste SU bebé, bien, si