Capítulo 24 No te iras.
Florencia:
Me desperté temprano en la mañana, saboreando los pocos segundos de aturdimiento, hasta que la realidad se hizo presente.
Mi amor ya no estaría a mi lado, descarte ese pensamiento de inmediato, o me derrumbaría como un castillo de naipes golpeado por la brisa, me duche y fui en busca de mi hija.
— Hola mi pequeña, mira cómo has crecido.
Me concentré toda la mañana en atender a mi pequeña, no podía dejar de mirarla, ella se convirtió en mi ancla, lo único que me sujeta a este mundo.
— Cuando crezcas escucharás muchas cosas de tú padre, te dirán que era un ser frío y sin sentimientos, pero eso tiene una explicación, y es que él paso toda la vida guardando su amor y cariño para ti y para mí, fue solo que se fue demasiado pronto. — Mi hija me miraba muy atenta y podría jurar que entendía lo que le decía, sus ojos cafés, tan parecidos a los de Leo.
— Ahora se una buena niña y quédate en tu cuna, mientras yo preparo las maletas.
Comencé guardando sus cosas, pero a medida que emp