Capítulo241
En cuanto a los otros estudiantes, todos ellos se regocijaban y observaban con las manos cruzadas, esperando ver cómo Christian hacía el ridículo.

Sabían muy bien que Christian era un huérfano sin poder ni habilidades.

Lucía, la novia de Christian, tampoco tenía una buena situación familiar.

Ahora que Lucía había ofendido a Alfredo, una vez que llegaran sus refuerzos, ¡el destino de ambos sería obvio!

—¿Quieres irte?

—¡Es demasiado tarde!

Alfredo escuchó unos pasos afuera y sonrió fríamente. Justo quería aprovechar esta oportunidad para avergonzar a Christian.

A medida que su voz caía, la puerta de la habitación del box se abrió y el gerente del hotel entró con cuatro o cinco guardias con una actitud imponente.

—Alfredo, ¿qué está pasando? ¿Quién se atreve a intimidarte?

—¡Quién está causando problemas en el hotel, qué valentía! ¡Me están disgustando mucho! — dijo fríamente el gerente del hotel.

Alfredo señaló con el dedo a Lucía y Christian, diciendo con ferocidad: —Primo, son estas
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