—¡Por supuesto que lo conozco!

—Christian es el presidente de nuestra empresa, Vitalis Farmacéutica. ¿Cómo no lo conocería? —dijo Lucía con seriedad, revelando así la identidad de Christian.

—¿Él es el presidente de Vitalis Farmacéutica?

—¡Esto es imposible!

¡Estas palabras dejaron a Fausto y a los jóvenes aristócratas completamente atónitos!

Especialmente Fausto, quedó completamente desconcertado.

Anteriormente, él pensaba que Christian y Clara estaban presumiendo.

Pero ahora, no solo resultó que no estaban presumiendo, sino que Christian resultó ser el presidente de Vitalis Farmacéutica.

¿Cómo era posible?

En un momento, su asombro era evidente.

—Lucía, ¿no estarás equivocada?

—Él solo es el responsable de una nueva empresa de cosméticos. ¿Cómo podría ser el presidente de Vitalis Farmacéutica?

Aunque Fausto recuperó la compostura después de su sorpresa, todavía le costaba creerlo.

—No me he equivocado.

—Él es el presidente de nuestra empresa, Vitalis Farmacéutica. ¿Acaso no lo sé? —d