el señor Rivera se sorprendió al escuchar esto. Apenas había aceptado ayudar a Carmen personalmente a obtener la fruta de las cinco energías cuando Eustaquio llegó a visitar a la familia Rivera. Esto estaba más allá de sus expectativas.

Carmen y Germán también estaban desconcertados y no podían entender por qué Eustaquio estaba visitando a la familia Rivera.

—Baudilio, ve y trae a Eustaquio de inmediato— ordenó el señor Rivera.

—¡Sí! — Baudilio obedeció y salió de la sala. Poco después, guio a Eustaquio, quien llevaba consigo una elegante caja de regalo y estaba acompañado por dos robustos guardaespaldas. Eustaquio se acercó y realizó una reverencia muy respetuosa.

—El señor Rivera, me complace verlo— dijo Eustaquio cuando se acercó.

—No hace falta ser tan formal, Eustaquio. Por favor, siéntate— respondió el señor Rivera con una suave sonrisa, impresionado por la cortesía de Eustaquio.

Después de las formalidades, ambos se acomodaron. El señor Rivera preguntó directamente: —Eustaquio,