—Sin embargo, los personajes que dibujaste son realmente feos. No me parezco en absoluto a eso. Tu habilidad para dibujar es un tanto cuestionable—dijo Christian con una sonrisa irónica.
—Ni te metas.
Lucía estaba enfurecida. Estaba a punto de insultar más, pero de repente se dio cuenta de que algo no estaba bien.
—¿Christian? ¿Eres tú?
—No estaré soñando, ¿verdad?
Lucía se quedó atónita y se puso de pie de golpe, mirando a Christian frente a ella con incredulidad.
—Por supuesto que no es un sueño—dijo Christian riendo.
—¡Eres realmente tú!
—¡Qué maravilla!
Lucía estaba emocionada y llena de alegría. Se abalanzó hacia Christian y lo abrazó con entusiasmo. Ni en sus sueños hubiera imaginado que, justo cuando estaba pensando en Christian, él aparecería de repente.
La sorpresa y la emoción que esto le trajo eran indescriptibles.
Christian abrió la boca, un poco incómodo. Aunque Carmen ya había aceptado su relación con Lucía, su corazón seguía perteneciendo a Carmen. Aunque estaba acos