47. Me enamoré de ella
La vibración de un celular lo hizo despertar y cuando se dio cuenta que era el suyo, decidió levantarse sin despertar a Allie, y se fue a su habitación a contestar.
—¿¡Cómo estás, greñudo!? —preguntó Becky, al otro lado del teléfono—. ¿Cómo va todo con Allie, abriste los ojos ya?
—Hola, chicos —contestó, aún adormilado—. Mejor de lo que podría haber imaginado —Sonrió al recordar la noche anterior.
—¡Qué esperas para contarnos, somos todo oídos! —exclamó su amiga, por lo que comenzó a contarle desde que ellos se fueron de la mansión hasta la noche anterior, dándole más énfasis al tema del diario y su abuela.
—No sabes cómo me alegro de que, al fin, hayas conocido la verdad sobre tu abuela, Gabo —espetó Neil—. Pudimos notar lo buena que era, por cómo se expresaban todos de ella en la mansión.
—No sabes cómo me hubiese gustado que mi padre leyera el diario, creo que su vida podría haber sido diferente y quizás me hubiera hecho más caso…
—No te recrimines por la ineptitud de tu padre