Capítulo 61.
Julian y yo nos quedamos abrazados por lo que parece una eternidad, hasta que finalmente somos interrumpidos por Leif y otros miembros de la manada, quienes se acercaron a Raven para llevárselo.
—Tenemos que arrestarlo y seguir peleando, la batalla aún no terminó —le informó Leif a Julian, logrando traerlo de regreso a sus sentidos.
Aunque Julian no quiere soltarme, tras exhalar un largo suspiro, finalmente me deja ir y se pone de pie, acercándose a su hermano que estaba parado a solo un par de metros de nosotros.
—Cuidala bien —le pide Julian a su hermano menor.
Aunque no quiero que Julian se marche debido a las heridas en su cuerpo, comprendo que debe ir a pelear, pues es el alfa de su manada y debe dar el ejemplo a sus lobos, por lo que solo lo veo marcharse, sintiendo un gran peso en mi corazón.
—No te apartes de mi, Selene —me pide Cedric, quien desde ese momento se convierte en mi guardián.
Después de la desaparición de Raven del campo de batalla, la mayoría de sus aliados comen