La venganza de Cristel
La venganza de Cristel
Por: Evelyn Rabelo
El detonante

Despierto a la mañana con el peor dolor de cabeza de la vida y muerta de sueño, pero el sonido de mi móvil me impidió continuar durmiendo

 – ¿Sí?

 – Pitufina, ¿dónde estás?

 – ¿Lis?

 – Sí, soy yo, estoy en el hotel, ¿cuál es tu número de habitación?

 – Emmmm –miré hacia todos lados tratando de buscar algo que me lo indicara hasta darme cuenta que justo en la mesa de noche había una tarjeta que decía “Habitación 27”- en la veintisiete, creo

 – ¿Cómo que crees?

 – Sí, no estoy segura

 – Espera, estoy cerca, voy a tocar 

Pasaron un par de minutos y la puerta estaba sonando. Abrí y efectivamente era Lis

 – ¿Cómo no vas a saber el número de tu habitación?

 – No lo sabía Lis, no fue como que anoche le presté mucha atención a esos detalles

 – ¿Y Federico? –dijo buscando con su vista por todos lados

 – ¿Quién?

 – Pero pitufina ¿a ti qué te sucede hoy? No sabes nada. Federico, el chico con el que viniste aquí anoche

 – ¿Se llama Federico?

 – ¿No sabías su nombre?

 – No, solo su apellido ¿Cómo lo sabes tú?

 – Porque yo me quedé anoche con su amigo que, a diferencia de él, sí estaba en mi habitación cuando yo desperté

 – No sé nada, me siento muy perdida, recuerdo cosas de anoche como flashes y acabo de despertar, ando más que desorientada

 – Bueno, por lo que veo te la pasaste bomba anoche –dijo señalando hacia mí que estaba envuelta en una sábana y mi ropa tirada por todo el piso

 – No empieces, que bastante vergüenza siento ya con solo ver esta escena

Lis comenzó a caminar y vio en la mesa un papel doblado que decía “Chica misteriosa”

 – ¿Y esto? ¿Quién es chica misteriosa?

 – Soy yo

 – Uy, por lo que veo esto se puso más interesante de lo que esperaba

 – ¡Lis, no empecemos! Puso eso porque no le dije mi nombre y me llamó así

 – Bueno, vamos a abrirlo 

“Tuve que marcharme temprano por cuestiones de trabajo. Tu desayuno está encima de esta mesa. Gracias por mostrarme tu tatuaje y por esta noche.

F.L”


Flashback

El trabajo me ha vuelto loca, de eso no me quedan dudas ya. Con solo 23 años me siento como si tuviese 40. con las horas extras casi me muero. necesito desconectarme un poco.

¿En dónde tengo la cabeza? Después me quejo de que no disfruto la vida. ¡Se acabó! Ya son las tres de la tarde, me marcho a mi casa. A partir de ahora inicia una nueva Cristel. Tengo que dedicarme tiempo para mí, quererme más. Eso hay que cambiarlo ya. 

Tengo que llamar a Lis, esta noche vamos a salir a una disco. Se va a extrañar muchísimo que sea yo la que se lo proponga, pero también se alegrará, así que manos a la obra. 

En cuanto estuve lista salimos hacia la disco la cual estaba repleta de personas pasándoselo bien. Primero era necesario pasar por la barra.

Lis pidió tequila para las dos. No sé por qué siempre le termino haciendo caso a sus cosas, pero bebí el trago y lo seguí repitiendo a lo largo de la noche, los shots seguían llegando y llegando y yo me sentía como en otro planeta. Nunca antes me había sentido tan libre.

Desde que llegamos me fijé en un chico que estaba sentado solo en la barra, me resultó hermoso desde el primer momento, pero no se me ocurriría nunca decirle nada. Sinceramente me llamó más la atención el hecho de que estuviese solo y no rodeado de mujeres que el hecho de que es guapísimo.

¡Ay no! ¡Me atrapó mirándolo! De seguro ando con una cara de tonta enorme. Siempre pongo una cara así cuando me quedo mirando algo fijamente ¡Qué vergüenza! 

Él inmediatamente se sonríe y me levanta su copa con su trago ¿Me acaba de saludar o es idea mía? Sin poder controlarlo se me escapa una sonrisa a mí y justo en ese momento veo como el chico se levanta y comienza a caminar hacia nuestra dirección ¡No puedo permitirlo! Ni siquiera sabré qué decirle, así que, sin pensármelo, tomé a Lis por una mano y me dirigí hasta la pista de baile donde entre la multitud, me pude esconder de su vista.

Exactamente en el momento en el que ya no pude verlo me arrepentí ¿Por qué soy así? ¿Por qué hago estas cosas?

Los tragos no se detuvieron y efectivamente, tuvieron en mí el efecto que Lis quería, andaba desenfrenada. No paraba de bailar, de brincar, sentía el bajo de la música resonar en mi pecho y me encantaba, me sentía libre por primera vez en mi vida.

Sentí la necesidad de ir al baño. Comencé a caminar entre las personas y fue en ese instante cuando me di cuenta de que había bebido de más. Todo me daba vueltas y creo que hasta caminaba en zigzag.

Me dirigí al baño casi sin poder ¡Uou, esto de estar mareado es demasiado molesto! Me parece que ando de un lado para el otro, espero que no, de lo contrario todos se deben estar riendo de mí.

La cola del baño es infinita y necesito entrar ya. Sin que me importase nada me vuelo la cola y cuando sale la chica que estaba dentro me cuelo diciendo sin que me importase nada

 – Lo siento chicas, es una emergencia –sentí de inmediato las protestas y el bullicio detrás de mí, definitivamente clara no hubiese hecho esto

Cuando salí las malas caras eran incontables, pero hice caso omiso y seguí mi camino. Justo cuando iba saliendo del pasillo hacia la pista, una mano se apoya en la pared de enfrente obstruyéndome el paso. 

Levanto mi cabeza muy despacio para no agudizar mi mareo y lo veo. Es el mismo chico que me saludó con su copa, el chico del que hui me había encontrado…


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