Emily recibió una llamada de Sergio, quien le estaba manifestando su descubrimiento ante su linaje de lobos blancos. Sintió impotencia al ver como se había atrevido a coger su poder, porque cada quien debía manejar era su propia manada. Discutieron, Emily no podía creer el poder que se estaba proporcionando solo por ser su esposo, bajándole los humos y manifestándole que ya iba de camino. Se despidió de sus dos hijos pequeños dándoles un beso en la frente, dejándolos a cargo de la nona mientras se transformó en su hermosa loba blanca para irse rápidamente hacia la aldea; tenía furia en su interior y no iba a permitir que su esposo la dominara.

— Por fin llegó nuestra Alpha suprema, pensé que ahora tu esposo manejaba todo — Susurro la reclusa, llamando la atención de Emily — ¿Vas a creer la mentira de este hombre? dat&eac