Lana
Todo va bien en el trabajo sacando algunos comentarios sobre mi relación con Henrique.
— Marcelo, lleva esos documentos a la oficina de Osvaldo. Ah, estás por aquí, Lana... si te hubiera visto antes, te habría mandado por ti.
— ¿Por mí mismo?
— ¿Terminaron teniendo que posponer la fiesta, pero ya pensaste en la ropa que vas a usar? — Lucrecia es la recepcionista de la empresa y una de las pocas personas que parece no odiarme aquí. — ¡Tiene que estar bien presentable!
— ¡Seguro que tendrá la mejor producción de toda la fiesta, después de todo el presidente debe pagar todo para ella!
Esa frase de Gabriela retrataba lo que muchos pensaban y no decían, pero no puedo permitir que me traten así y que eso llegue a oídos del patrón.
— Henrique no tiene obligación de costear nada para mí que no esté vinculado a mi trabajo aquí en la empresa. Sé bien lo que quisiste decir, pero ya te adelanto que no voy a admitir tus insinuaciones Gabriela.
Me alejé antes de ponerme más nerviosa, tomé un v