La secretaria del alfa
La secretaria del alfa
Por: Jessisaylu
Capítulo 1.

Cuando era pequeña solía pensar que la vida era un cuento de hadas.

Sentada en el frio piso de mi humilde casa de un solo piso en un barrio apartado, mirando hipnotizada la vieja televisión de que teníamos, me enamoraba y vivía las historias románticas de las películas. Pobres chicas desamparadas como yo, las cuales vivían apasionantes historias de amor al lado de un hombre guapo y rico, que las salvaba de la pobreza y cumplía todas sus necesidades, viviendo una vida feliz a su lado.

Supongo que todas las chicas soñamos con esas historias de amor, pero cuando maduras te das cuenta que el amor es algo muy difícil de lograr.

Al cumplir 18 años ningún príncipe entró por mi puerta para rescatarme, seguí con hambre y trabajando duro, dándome cuenta de que la vida de cuento de hadas no existe. Poco a poco las esperanzas de un amor de ensueño me abandonaron, y ya no veía las novelas románticas como algo hermoso.

No tenía tiempo soñar con un amor imposible, de vuelta en la realidad tengo un hogar pobre con dos hermanos menores que merecen un futuro mejor que el mío, una madre enferma que no podía darse abasto con sus tres hijos, y el dolor de la reciente muerte de mi persona favorita en el mundo. Yo maduré y me di cuenta de que no necesitaba un hombre para rescatarme, yo podía hacerlo sola.

Suspirando con cierto cansancio, tomé un nuevo saco de harina sobre mis hombros, llevándolo con cierto esfuerzo y paso rápido dentro de la pastelería.

—Hoy estas muy linda Rose —me dice la señora Lana, la dueña de la pastelería—, con un peinado tan bonito, ¿Acaso es una ocasión especial?

Al escucharla yo solo puedo sonreír algo incomoda por el dolor que estaba sintiendo por el peso que debía cargar, apresurándome a ir al almacén de la trastienda para dejar el saco dentro.

—Es su primer día de trabajo en las industrias Casady —explica mi madre, que está trabajando en la pastelería.

La señora Lana es una mujer a la cual conozco desde que tengo memoria, es una gran amiga de la infancia de mamá, y siempre estuvo para ella en los peores momentos. El único trabajo que había tenido mi madre desde que nací fue en esa pastelería, y era un lugar donde yo había crecido y pasé buenos momentos junto a ellas.

Tirando el saco de harina al piso, me sacudo las manos regresando a la cocina de la pastelería.

—Muchas gracias señora Lana —digo contenta, caminando a lavarme las manos para seguir con mi trabajo—, es para dar una buena impresión, quiero verme bien en mi nuevo trabajo.

Mi madre y yo siempre hemos trabajado juntas en la pastelería, principalmente porque el trabajo era bastante pesado, así que yo ayudaba cuando podía, al igual que Hunter que es el hijo de la señora Lana.

Y aunque mi madre trabajaba duro, mucho más que otras personas, la paga que podía ofrecernos la señora Lana no era suficiente para mantener a toda mi familia, no desde que mi padrastro murió. Así que cuando terminé la escuela comencé a tomar trabajos extras por mi cuenta, para tener mas dinero para mis hermanos.

Podía decirse que soy esa clase de personas que son buenas para casi cualquier cosa, aprendo muy rápido en todos mis trabajos, y me enorgullece admitirlo. Esa es mi realidad, una persona como yo sin un título universitario y egresada de una escuela bastante pobre, solo podía aspirar a trabajos de medio tiempo, a los cuales debía conformarme por el dinero.

Y a pesar de mi deprimente realidad, tuve una buena racha este fin de año, pues tras una postulación bastante difícil, obtuve un empleo por 6 meses en una de las empresas más importantes del país, como una simple pero bien pagada empleada de la limpieza. No era un trabajo sencillo por el esfuerzo físico que tenia que hacer, pero tengo experiencia en ello y la paga es buena, así que me siento muy contenta de ser elegida.

El tiempo pasa en la pastelería hasta que llegan las 6 Pm, la hora en la que debo irme del local para llegar a tiempo a mi nuevo trabajo.

—Ya es hora —digo algo emocionada, dejando las galletas que estaba preparando para ir a lavarme nuevamente las manos.

—Mucha suerte hija, lo harás increíble —me dice mi madre.

—Lo harás muy bien Rose, mucha suerte con el nuevo trabajo —me deseó la señora Lana.

—Gracias a las dos —respondo de forma alegre, tomando mi bolso, lista para irme—. Volveré en la noche a casa.

Viendo las sonrisas de las dos mujeres en la cocina de la pastelería despidiéndome, salgo por la puerta trasera al callejón que hay detrás del local, sintiéndome emocionada por mi nuevo trabajo.

***

Era el inicio de diciembre y mi primer día de trabajo en la empresa, quería dar una buena impresión, así que me esforcé en ponerme la mejor ropa que tengo y hacerme un buen peinado.

En mi nuevo trabajo los horarios se rotaban en grupos, así que dependiendo del día, me tocaba el trabajo en la mañana o la noche, siendo mi primer día en el horario nocturno.

Cuando finalmente me bajo del autobús aún tengo que caminar un par de cuadras hasta llegar a la torre de las empresas Casady, y así como la primera vez que vi aquella gran torre con ventanas polarizadas y el nombre del fundador plasmado en un cartel de metal teñido de oro, me quedo deslumbrada al llegar a mi empleo, mirando lo grande que era el sitio y lo bonito que lucía. Este solo es el edificio corporativo de la gran farmacéutica Casady, una de las tantas empresas de la familia Casady, me siento muy afortunada de poder trabajar en un lugar tan lindo como este.

El trabajo como encargada de la limpieza en la empresa es mucho más tranquilo de lo que esperaba.

Poniéndome mi overol azul obscuro con el cual debía protegerme de la suciedad y tomando mi carrito de la limpieza, con una sonrisa me subí al lujoso elevador de la torre, marcando los últimos pisos para ir a limpiar ahí.

Aparentemente los últimos pisos de la torre eran los lugares donde estaban las oficinas más importantes y grandes salas de conferencias, que no se usaban comúnmente y estaban limpios la mayoría del tiempo, teniendo un trabajo bastante simple para mi primer día.

Arrastrando mí carrito por los pasillos mientras trabajo, llego al último piso del edificio, un lugar mucho más amplio con solo una gran oficina al fondo, que le pertenecía al CEO de la empresa. Por un momento dudo en continuar, ya que me dijeron que tenía que limpiar solo los pasillos y las habitaciones abiertas, evitando entrar en lugares con las puertas cerradas, pero la oficina del CEO tiene la puerta abierta…

Escucho el sonido del viento a lo lejos, como si una ventana estuviera abierta dentro de la oficina, así que tímidamente me asomo por la puerta. El lugar es bonito, con muchos adornos lujosos y paredes cubiertas con papel tapiz con adornos dorados. Por la obscuridad no puedo ver todo con claridad, pero a lo lejos veo la silueta de un hombre parado al borde de una ventana.

—No puede ser… —susurro asustada.

Mis pies se mueven por si solos, tenía miedo de que ese hombre se lanzara al vacío, ¡Esto es una locura!

Así que corriendo hacia la ventana, tomo el brazo de ese hombre para tirar de él y meterlo hacia el interior de la oficina, encontrándome con el señor Casady… El cual se apoya completamente sobre mi cuerpo, derribándonos a ambos en el piso de la oficina.

Maldición… ¿Qué acabo de hacer?

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo